Galería de Arte Toi o Tāmaki

Francis John Moorehen Thorp. FJMT Archimedia
Wellesley/Kirchner Street. Aukland, NZ. 2011
La curiosa solución de la cubierta de la amplaición de la Art Gallery de Aukland. Foto: Patrick Reynolds

El estudio australiano FJMT con oficinas en Sydney y Melbourne ha realizado en combinación con los arquitectos neozelandeses de Archimedia, un brillante espacio para las artes en la ampliación del museo Tomo i Támaki en Aukland, NZ. Es una pieza de arquitectura que revela una gran sensibilidad con el edificio preexistente y el entorno en que se sitúa.
La nueva adición a la Art Gallery de Aukland ofrece una imagen singular caracterizada por la especial forma en que se cubre el espacio junto a la sutil y radical transparencia de sus cerramientos exteriores. Se ha mejorado así de una manera notable la principal instalación cultural con la que cuenta la ciudad neozelandesa, situada en la isla norte de aquel país insular.

Perspectiva exterior del edificio ampliado desde la zona del acceso principal. Foto: John Gollings.

La Galería de Arte de Aukland o Toi o Tāmaki alberga una amplia muestra de las expresiones culturales de Nueva Zelanda junto a una colección de obras de artistas reconocidos provenientes de diferentes partes del mundo. Allí se acumulan ejemplos de las expresiones artísticas tradicionales de la cultura maorí junto a numerosos trabajos provenientes de las islas próximas de la Polinesia. Fue inaugurada por primera vez a finales del siglo XIX en ese mismo emplazamiento en el centro de la principal ciudad del país, junto al llamado Albert Park. Según Wikipedia, Toi o Tāmaki cuenta también con una importante representación de renombrados artistas británicos contemporáneos como Barbara Hepworth y Henry Moore. Lo que supuso en su momento, la introducción de una sensibilidad más actual en una sociedad con un gusto cultural sumamente conservador.

La reciente intervención supone la reestructuración general del edificio preexistente, formado por una serie de construcciones que incluyen, entre otras piezas, la llamada Wellesley Wing, junto a otras construcciones que replican una manera arquitectónica afrancesada, resueltas en ese característico estilo de reminiscencias clasicizantes que ha preponderado en los países anglosajones desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. En la década de 1970 se añadiría una extensión trasera al edificio primitivo que replicaba las pronunciadas cubiertas abuhardilladas del edificio original, intentando realizar una arquitectura que intentaba pasar desapercibida.

Junto a esa infraestructura museística previa, el nuevo proyecto de los australianos FJMT Archimedia ha supuesto la adición de un volumen lateral que se conecta sutilmente mediante una serie de nuevos volúmenes acristalados y cuya cubierta se presenta como una serie de baldaquinos entrelazados mediante pequeñas ranuras de iluminación cenital. Estas cubiertas que dotan a la propuesta de una imagen característica están definidas con unas delicadas y precisas piezas en pirámide invertida, formadas por superficies cónicas, construidas en tablazón de madera y que se rematan superiormente con una lámina metálica.

El vestíbulo superior del edificio a triple altura. Foto: John Gollings.

Es un trabajo que resulta sumamente atractivo por la elegancia de su formalización espacial en la que destaca un cuidado exquisito en el tratamiento de los materiales empleados como la piedra y la madera, principalmente. En su contacto con el terreno se establecen una serie de volúmenes prismáticos entrelazados y cerrados que afirman la rotundidad de su presencia en contacto con el terreno mediante recubrimientos de piedra. Otro elemento compositivo relevante es la acentuación de la transparencia y las veladuras que permiten disfrutar tanto de los espacios interiores como de un entorno caracterizado por las masas arboladas de peculiares especies locales neozelandesas, como los exóticos Põhutukawa. Así los dramáticos árboles del pequeño jardín público Albert Park se constituyen en el fondo escénico más apropiado para el disfrute del arte en unas condiciones privilegiadas.

El proyecto incorpora así nuevos espacios expositivos y para la celebración de actos colectivos que mejoran considerablemente el disfrute de esta instalación cultural. El resultado ha incrementado notablemente el atractivo arquitectónico de la instalación haciendo una importante contribución a la oferta cultural de la ciudad.

Los espacios expositivos preexistentes tras la rehabilitación realizada. Foto: John Gollings.

Las nuevas galerías de exposición en contacto visual con los jardines del Albert Park. Foto: John Gollings.

En la reforma propuesta, el acceso principal pasa a producirse lateralmente definiendo un atrio a triple altura que actúa de gran espacio de recepción. Inmediatamente conectados al mismo se encuentran los espacios expositivos en planta baja, situados a la derecha de la entrada ocupando la parte trasera del edificio primitivo y las superficies añadidas en los años setenta del siglo XX. En el volumen preexistente más antiguo se sitúan también en planta baja las oficinas destinadas al personal que administra el conjunto de la instalación cultural y museística. Infine, en esa misma planta, y en el otro extremo del atrio, se ha dispuesto una pequeña zona de cafetería.

A la planta intermedia se puede acceder por una escalera monumental tras los mostradores de control en planta baja. Es un espacio que se escalona y se interconecta en el ámbito de la fachada con la zona de recepción en planta baja. Sobre esta planta que formaliza un entresuelo, se apoyan y parten hacia lo alto grandes columnas de madera reforzadas con piezas metálicas interiores, constituyéndose en los soportes principales de los doseles de cubierta. Es una concepción arquitectónica que establece una relación inteligente entre las referencias a las formas naturales, los materiales contemporáneos y la precisión de la alta tecnología constructiva. Desde ésta y la última planta se accede a un amplío abanico de espacios expositivos que permiten una versatilidad notable para albergar todo tipo de piezas y exhibiciones artísticas.

Infine, es destacable señalar la adecuada solución a la topografía existente en el lugar. El conjunto de plantas del nuevo edificio se ha estructurado intentando adaptarse a una situación compleja que ha llevado a un escalonamiento de los espacios estableciendo una sucesión de vestíbulos y escalinatas que van superponiéndose hasta permitir un acceso cómodo al jardín trasero situado en una cota superior.

La reforma y ampliación de la Galería de Arte Toi o Támaki ha sido ampliamente distinguida internacionalmente. Ha obtenido la consideración de Edificio del Año por el World Architecture Festival, celebrado en Singapur en 2013. Y también el Royal Institute of British Architects le ha dado el galardón de mejor edificio internacional en 2012.

Detalle de las marquesinas sobre el espacio de acceso principal al edificio. Foto: John Gollings.