Le Corbusier
Roquebrune, Cap Martin
Francia, 1951
Espacio interior original de la pequeña cabaña de Le Corbusier en Roquebrune
Uno de los episodios menos conocidos de la obra de Le Corbusier se refiere al conjunto de construcciones que el arquitecto realizaría para sus vacaciones personales en Roquebrune-Cap Martín, su lugar de retiro en la francesa Costa Azul.
El conjunto que forman la Petit Cabanon y el restaurante Etoile de Mer visto desde el sendero de acceso. Foto: Toyo Sakihiroki
Vista exterior de la construcción en la que se aprecia su revestimiento de tabla de troncos sin desbastar
Allí, en los últimos años de su vida, haría realidad su idea más radical relacionada con el espacio mínimo habitable, enla denominada PetitCabanon.Una ascética cabaña recubierta de tablas de tronco que construiría en un pequeño promontorio junto a la Etoile de Mer, el restaurante que regentaba su amigo y antiguo fontanero, Thomas Rebutato junto a su mujer.
Situada a dos kilómetros de Montecarlo, esta construcción se colocaría en un pequeño acantilado con algo de vegetación que está delimitado entre las vías del tren y la ribera del mar. Al lugar se accede por un pequeño sendero peatonal paralelo al recorrido de los trenes y que ha sido rebautizado posteriormente como Promenade Le Corbusier.
La propiedad de Rebutato -donde se construyó este habitáculo de mínimos- es colindante a la casa que se haría Eileen Gray, antigua amiga y también colaboradora del arquitecto. Se podría considerar como una habitación añadida, que se suma al espacio ocupado por el minúsculo restaurante y al que se conecta por una ligera puerta.
Al finalizar el año 1951, durante una corta estancia en ese enclave, Le Corbusier concebiría en un tiempo muy escaso este refugio espiritual. Uno de sus múltiples cuadernos de croquis y notas le serviría para concebir esta pieza tan sencilla. De vuelta al taller de la Rue des Sevres, los diseños de una estética afín a las de los neoplasticistas (en algún momento, los dibujos recuerdan a rietveld y Mondriaan) se transformarían en planos de obra realizables. Todos los componentes se prepararían en la vecina isla de Córcega durante aquella primavera a mediados del siglo pasado. A continuación, ye n un breve lapso de tiempo se transportaron al emplazamiento para la instalación.
Cuadro realizado por le Corbusier para el pasillo de acceso a la estancia
A comienzos de ese mismo verano, el arquitecto con la ayuda de Rebutato, algunos operarios locales y un joven colaborador de su estudio la construiría prácticamente el mismo en un brevísimo momento. Para las vacaciones del mes de Agosto ya le tendría prácticamente disponible.
La construcción no puede ser más elemental, un recinto rectangular de una planta de medidas precisas: 3,66 x 3,66 mts y una altura de 2,66 mts, la de la mano levantada del hombre ideal. Las dimensiones de ese cubículo elemental correspondían con exactitud así al canon dictado por la serie numérica del Modulor Azul. Una expresión de sumisión extrema a aquella racionalidad ideal pensada por el propio arquitecto.
Todo está conformado de la manera más simple y con suficiencia respecto a las necesidades básicas. Junto a la entrada y oculto a la vista por una simple cortina de color rojo, el retrete. El espacio habitable se reserva para dos camas y una mesa que se apoya sobre la pared y un único pilar circular de madera. En una esquina, la pieza del lavabo para refrescarse en acero inoxidable, dando frente a un pequeño armario auxiliar que separa de una de las camas. Y en el otro extremo, estableciendo una separación respecto al acceso, el armario principal para guardar los escasos enseres precisos en las vacaciones. Dos pequeños taburetes conformados con cajas de madera a modo de gavetas sirven para sentarse y almacenar algunas cosas.
Los huecos están estudiados para ofrecer dos servicios esenciales: vistas del espacio exterior y ventilación. Tras el retrete una larga y estrecha ranura vertical abatible para lograr una rápida evacuación de olores. Sobre una de las camas, una pequeña ventana rectangular desde la que se vislumbrael verdede la vegetación en la parte trasera. Sobre la pared de la entrada, el artista pintaría uno de sus típicos diseños de formas de colores intensos en azul y amarillo.
El Cabanon no contaba con otros elementos funcionales que podemos considerar esenciales, como una ducha o un recinto para cocinar. Para eso, se confiaba en el baño en el mar o el equipamiento del vecino restaurante.
Exteriormente, el mínimo edificio está recubierto por piezas sin desbastar de corteza de pino. La cubierta se compone con simples planchas de fibrocemento que, junto con unos tableros en falso techo que se separan una distancia suficiente para permitir el aireamiento y atenuar así la acción del soleamiento de una manera elemental. Interiormente, el espacio y el esencial mobiliario se conforman mediante tableros contrachapados de madera. Todo ello se soporta en un armazón de piezas rectangulares del mismo material. La separación entre ambas pieles se aprovecha para colocar los necesarios aislamientos así como las simples redes de fontanería y electricidad.
Un espacio en el que el artista busca la soledad con los próximos y el aislamiento mental con la exclusiva compañía del rumor de las olas, la brisa marina y el aroma de la vegetación del escueto jardín sobre el acantilado, compuesto de eucaliptos, limoneros, acantos, aloes, etc. En sus estancias allí, Le Corbusier acostumbraría a adentrarse en el agua cristalina dos veces al día, descendiendo para ello por la roca las decenas de metros que le separaban de la escasa playa de cantos rodados. Allí mismo, moriría en el mar de un ataque al corazón en 1965.
Es muy sorprendente que uno de los más afamados arquitectos del siglo XX se propusiera acometer este trabajo personal de extrema austeridad en los años de mayor intensidad de su producción arquitectónica. Lo que proponía para sí mismo -y para aquellos próximos- refleja el máximo despego a los bienes terrenales. Una manifestación edificada que es como un golpe directo a la ambición y a la expresión de la riqueza material. Una declaración de cuales son de verdad las necesidades humanas y que, en su esencialismo, debemos considerar una forma expresiva que desprende una profunda vena poética.
El Petit Cabanon es un contrapunto extremo a esa arquitectura de máximos que se produce en el momento culminante de su carrera. Justo cuando acababa la Unidad de Habitación de Marsella y estaba enfrascado en obras tan importantes como la planificación y construcción de la nueva ciudad de Chandigarh, capital del Punjab en India. Y realizara también obras tan significativas como la Capilla de Ronchamp y el Monasterio deLa Tourette. Entraren este espacio es como acceder a una pequeña celda monástica para la meditación.
También esa obra ha sido pensada por Le Corbusier hasta el mínimo detalle, como se puede observar en uno de esos cuadernos de dibujo que habitualmente usaba. Pretendió ser una declaración de amor a su compañera de toda la vida Ivonneque, sin embargo, sería incomprendida por una esposa harta de sus continuas ausencias. Ella se quejaría amargamente a Brassäi, que visitó en esos años el lugar para fotografiar al arquitecto. Según cuenta el fotógrafo en su biografía, titulada Los artistas de mi vida, publicado en 1982.
…esperaba encontrar un apartamento ultramoderno con gran cantidad de ventanales y paredes limpias brillantemente iluminadas, un apartamento similar a aquellos diseñados para el millonario Charles de Beistegui, el pintor Ozenfant, el escultor Lipschitz y muchos otros. Imaginen mi sorpresa cuando entré a una reducida habitación rellena con extraños muebles y bastas piezas industrializadas.
Y ella, le expresaría todo su rechazo e incomprensión a una vida no adaptada a las convenciones sociales. Según recogió el fotógrafo en su libro, ella le confiaría lo siguiente:
Observa Brassai la celda en que mi marido me tiene enclaustrada…solo mira. Me obliga a dormir en el suelo, en un baño junto al lavabo. Todavía no comprendo como me las he arreglado para vivir veinte años con este fanático y aguantar todas sus ideas disparatadas.
Años más tarde y a escasos metros de la primera cabaña, Le Corbusier construiría otra pequeña construcción exenta que destinaría a taller personal. Un lugar en el que pensar en soledad y expresar sus ideas sobre el papel. Es otro recinto cúbico simple bajo una cubierta de fibrocemento a un agua donde poder retirarse frente al mar y el horizonte. A este segundo habitáculo se accede por un pequeño sendero que conecta con ese extremo dela parcela. Arquitectónicamente, carece de la intensidad poética de la primera cabaña, dedicada a su mujer. Es, simplemente, un espacio utilitario.
Allí cerca se colocaría también la tumba de Le Corbusier junto a su mujer Ivonne, en el minúsculo cementerio de Roquebrune y que constituye también una simplificación extrema de la experiencia arquitectónica. Está unos centenares de metros por encima del Cabanon. Allí se congregan los temas que le preocuparon durante su vida. Su diseño aparece en una carta de 1959 enviada al cantero que la ejecutaría posteriormente.
Sus restos y los de su compañera de toda la vida, Ivonne, descansan en una pequeñísima plataforma horizontal de grava dispuesta frente al horizonte y el mar. Unas pequeñas losas de medidas precisas y exactas cubren su lugar de descanso. Y sobre la losa del arquitecto, un cilindro hueco casi para contemplar el cielo desde el centro dela tierra. Enun cubo inclinado se inscribe el texto del epitafio dentro de un paisaje coloreado. Este consiste simplemente en un azulejo que reproduce el dibujo de unas franjas de colores, amarilla, blanca, roja y azul -una representación del horizonte al atardecer sobre el mar. Sobre ese fondo dibujado y autografiados con la peculiar letra del arquitecto, se incluyen los nombres de ambos y sus apodos junto a las fechas y lugar de nacimiento y muerte.
Ici repose Charles Edouard Jeanneret dit Le Corbusier né le 6 octobre 1887 mort le 27 aout 1965. La repose Yvonne Le Corbusier née Jeanne Victorine Gallis le 1er janvier 1882 morte le 5 octobre 1957 a Paris.
Es todo una última dedicatoria de recuerdo personal que se conforma utilizando ese lenguaje expresivo único desarrollado a lo largo de décadas. La geometría responde, naturalmente, a las medidas dictadas por el Modulor. Las formas nos remiten a aquellos volúmenes esenciales que ya se habían presentado en su revista L’Esprit Noveau y nos había trasladado posteriormente en uno de sus textos primeros, Vers une architecture como los elementos constitutivos de toda arquitectura: el cubo y el cilindro.
Vistas del espacio interior de la cabaña
El espacio interior tras su restauración
Más información:
Le Cabanon de Le Corbusier. Blog de Abel et Galois. Escuela de Arquitectura de A Coruña
Trailer del Video Le Corbusier. Le Cabanon. Fundación Caja de Arquitectos
Planos y dibujos:
Croquis de definición de la idea del Petit Cabanon
Planta esquemática que expresa la composición modular cuadrada y en espiral
Axonometría descriptiva de los componentes espaciales
Emplazamiento general del conjunto de edificios existentes
La tumba de Le Corbusier en el humilde cementerio de Roquebrune. Foto: Toyo Sakihiroki
El arquitecto en su espacio de trabajo en el pequeño estudio auxiliar de Roquebrune
Emplazamiento:
[...] en una carta. 20 años tenía el mozo. Con 77 años moriría mientras se daba un baño, frente a su Cabanon de [...]