Môrice Leroux
Av. Henri Barbusse, Villeurbanne. Lyon, Francia. 1934
El conjunto de rascacielos (Gratte-ciel), construidos entre 1928 y 1934 en Villeurbanne, en la periferia de la ciudad francesa de Lyon, constituyen una experiencia singular en el esfuerzo para la creación de asentamientos y barrios residenciales a lo largo del primer tercio del siglo XX.
Vista de las dos torres situadas en el acceso al complejo de Villeurbanne. Foto: Damien
Impulsado por el político socialista radical Lazare Goujon, el barrio de los “Gratte-ciels de Villeurbanne” se plantea como un esfuerzo para construir 1900 viviendas para trabajadores en un entorno de gran densidad y completamente dotado con servicios y equipamientos altamente complejos.
Con anterioridad, Goujon elabora el Plan d’aménagement et d’embellisement, un documento urbanístico que ordena y programa el conjunto de las operaciones constructivas de urbanización y edificación que se prevé llevar a cabo a continuación. El plan prevé la definición de un centro urbano en el que destaca el edificio del Palacio del Trabajo, un equipamiento colectivo que contiene servicios diversos entre los que se encuentran un teatro, piscina y centro médico. El proyecto lo ganaría un joven y desconocido profesional, Môrice Leroux que adquiriría así la responsabilidad de realizar la idea completa del complejo.
El plan urbanístico definía una ordenación en seis grandes manzanas de viviendas ordenadas simétricamente alrededor de una vía eje central (la Avenida Henri Barbusse) que desemboca frontalmente en el edificio representativo del Hotel de Ville (Ayuntamiento) tras el que se sitúa una gran plaza con sendos estanques simétricos para acabar en el otro edificio dotacional previsto, el Palacio del Trabajo que contiene un gran teatro y otros servicios como los sanitarios y deportivos. En su conjunto, la nueva parte de ciudad ocupa 60.000 m2 y tiene una cierta densidad superior a 320 viv/ha.
Perspectivas superiores de los bloques centrales de vivienda. Foto: Jules Sylvestre
El proyecto arquitectónico preveía inicialmente también la realización de trabajos de infraestructura, el desarrollo unitario de las viviendas sociales y a los que se añadiría la construcción del nuevo Ayuntamiento. Posteriormente, el conjunto se completaría con las manzanas exteriores de viviendas y la definición de la gran plaza de encuentro entre las calles Michel Servet y Paul Verlaine.
El conjunto de los Gratte-ciels de Villeurbanne es representativo de una época en Francia en la que las convenciones estéticas y conceptos estilísticos ligados al movimiento del Art-Decó eran hegemónicos. El planteamiento formal del proyecto es además deudor de las ideas futuristas del italiano Antonio Sant’Eliá, lo que se refleja en el diseño escalonado de los edificios de viviendas en altura y en los detalles estéticos de cajas acristaladas de escaleras y coronación de los edificios. También es, de alguna manera, un reflejo de los planteamientos normativos y tecnológicos que se desarrollaban en esos años en la ciudad de Nueva York, orientados al control de la edificación en altura que garantizase el soleamiento y la ventilación de las calles. La aplicación a la construcción de estructuras en malla de acero es otro referente de la influencia americana que proviene de los trabajos realizados por los arquitectos Raymond Hood y William Lezcase.
El grupo de ocho manzanas realizado se basaba en una ordenación de cuatro piezas centrales formadas por bloques residenciales organizados en planta en espina de pez Una disposición volumétrica que permite una ventilación apropiada de la mayoría de los espacios de vivienda. Las dos primeras manzanas son más estrechas y cuentan en su extremo principal de acceso con dos rascacielos simétricos de cierta altura. Tras ellas, la sección de la calle Henri Barbusse se organiza con una generosa calzada central de doble dirección y franjas para aparcamiento, tras las que se sitúan aceras de 5 metros arboladas. La sección de los edificios que dan frente a esa vía cuentan con tres plantas destinadas a usos comerciales, oficinas y de servicios formando un zócalo continuo que otorga al espacio urbano con una gran vitalidad. Sobre ese plinto longitudinal corrido, se organizan volúmenes entre 9 y 13 plantas de viviendas segmentados horizontalmente en unidades de ocho apartamentos por planta y que se conectan transversalmente formando patios a fachada. En sección, las últimas cinco plantas se retranquean escalonadamente generando terrazas en las viviendas superiores. Con este artificio se logra definir una proporción amable de la edificación en su percepción desde la calle central, así como garantizar el soleamiento y la adecuada ventilación del espacio urbano.
Vista a ras de suelo del espacio urbano de la Avenida Henri Barbuse. Foto: Google Maps
El eje así definido termina en el Hotel de Ville que se diseña simétricamente y cuenta con una torre central que establece el punto de vista monumental de toda la ordenación. El conjunto de Villeurbanne es un conglomerado de viviendas y servicios muy compacto que presenta una densidad superior a las 1.100 habitantes por hectárea y que, sin embargo, presenta lugares de encuentro generosos y equipamientos apropiados, lo que compone un espacio público vibrante al servicio de sus habitantes, y que integra de alguna manera espacio para el trabajo.
El proyecto realizado por Leroux en Villeurbanne es un caso singular que se aleja de los conceptos desarrollados en ese momento por las vanguardias articuladas en torno a los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna. Como tal concepto heterodoxo fue rechazado radicalmente por la crítica y la corriente principal del pensamiento arquitectónico. Así, Paolo Sica -en su libro sobre la Historia del Urbanismo- descalifica esta propuesta en los siguientes términos:
El barrio de Villeurbanne construido en 1934 por M.L.Leroux es una composición académica y de un gratuito hibridismo de formas sustraídas en parte a las investigaciones del Movimiento Moderno, con fines de actualización superficial del gusto.
Sin embargo, los Gratte-ciels de Villeurbanne se articulan como una construcción residencial humana de muy alta concentración edificatoria que presenta una magnífica calidad urbanística. Y como tal debería reivindicarse como ejemplo y modelo en un momento en el que se plantea el aumento de las densidades urbanísticas en los centros y periferias de las ciudades contemporáneas.
Mas información:
La réception et le quartier des gratt-ciel. Centre de Villeurbanne,
Ou pourquoi des gratte-ciel à Villeurbanne en 1932. Emmanuelle Gallo. Docomomo
Môrice Leoux. Wikipedia
Perspectiva general del conjunto de Villeurbanne
Esquema de aplicación de los principios de la ordenanza neyorquina al proyecto
Dibujo de Morice Leroux representativo de la ordenación del eje central con los dos rascacielos altos en primer plano
Vistas de la época de los espacios interiores del complejo urbanístico de Villeurbanne
El edificio del Hotel de Ville y la plaza interior proyectada
Edificios residenciales en construcción donde se aprecia la estructura metálica. Foto: Jules Sylvestre
Emplazamiento:
Le quartier des Gratte-ciel de Villeurbanne. Vimeo