Hacer arquitectura con minúsculas

Galería de la Casa Ossuna. Alejandro Beautell, 2011. Foto: Efraín Pinto

Frente a la gesticulación y las teóricas disrupciones formales de mucha arquitectura actual, habría que poner el acento en las maneras en que se puede hacer espacio elocuente desde la austeridad. Es lo que se precisa realmente en un mundo que se encoge paulatinamente y en el que los recursos empiezan a escasear ya de una manera sensible para una gran parte de la humanidad.

Es lo que intenta hacer el arquitecto tinerfeño Alejandro Beautell que trabaja junto a su padre el gran restaurador Fernando Beautell, y que cuenta ya con un puñado de trabajos que presentan una gran sabiduría a la hora de respetar el pasado y actuar añadiendo nuevas piezas de una belleza poética sencilla. Aquí se presentan esas obras acompañadas de unas palabras suyas que reflejan con plenitud su enfoque personal. Una filosofía que en su caso se resume en una frase de Octavio Paz escrita para su discurso de aceptación del premio Nobel, titulado La búsqueda del presente y que se recoge al final de ese texto.

La expresión del Viacrucis en la pared de hormigón visto. Ermita de San Juan Bautista, Frontera, El Hierro. Alejandro Beautell, 2012. Foto: Efraín Pinto

Probablemente para Alejandro Beautell, el mundo comenzó también, al igual que para Paz, en el entorno más próximo: “Empecé a vivir en una vieja casa ruinosa con un jardín selvático y una gran habitación llena de libros. El jardín se convirtió en el centro del mundo y la biblioteca en caverna encantada“.

Lo interesante de Beautell, es que es un arquitecto que quiere trascender la mera visión profesional y aportar una experiencia cultural de mayor alcance en su trabajo. Sobre todo, esta actitud es destacable en un momento en el que la sociedad canaria y, por extensión la española, ignora radicalmente el papel que pueden representar los arquitectos en la construcción de un futuro colectivo mejor.

La mayoría de la población nos relaciona con los desaguisados que han surgido recientemente en la escena común. Detrás de los innumerables escándalos de corrupción urbanística siempre hay arquitectos como técnicos cooperadores necesarios. Pero es que hace una década, muchos otros dedicábamos nuestro tiempo a construir un espacio colectivo de calidad que nos representara. En los últimos tiempos, hay que recordar, la arquitectura en Tenerife ha sido objeto de interés en el mundo; y muchos venían a visitar nuestra isla para conocer de primera mano esos trabajos. Hoy ese tiempo ha pasado y gran parte de los que nos dedicamos a esta disciplina hemos sido condenados a una suerte de ostracismo colectivo inmerecido.

Hoy, en las islas Canarias, no se sabe para qué sirven los arquitectos. Cuál es el sentido de la arquitectura. ese esfuerzo que podemos aportar a la mejora de nuestro entorno. Vivimos inmersos, por una parte, en un mundo de acontecimientos e imágenes que se suceden incesantemente ante nuestra mirada. Parece que lo importante es tener una presencia visual en ese acelerado caleidoscopio que nos asalta en nuestra cotidianeidad. UND, por otro lado, la realidad palpable se desmorona a nuestro alrededor sin que seamos capaces de actuar diligentemente para mantener aquello que hemos heredado. Los arquitectos creemos que tenemos mucho que aportar ahí en esa tarea de la conservación de las señas construidas que nos identifican.

Sin Embargo, vamos siendo cada vez menos capaces de generar una narración coherente sobre nuestras vivencias. y mucho menos experimentar el placer estético relacionado con el espacio que nos rodea. Los humanos no estamos abiertos hoy a la poesía, esa práctica intelectual irreductible a la economía que trata de mostrarnos y explicarnos experiencias ligadas a una existencia más plena. Por eso, cuando alguien destaca por tener una voluntad poética que va mas allá de las mezquindades cotidianas es una ocasión para celebrar. como ocurre con Alejandro Beautell en relación al espacio.

Es un arquitecto joven, solo tiene una década de ejercicio profesional. UND, no obstante, tiene ya una trayectoria fecunda. Sus escasos trabajos se han ido orientando a dos campos complementarios e interrelacionados algunas veces: la restauración de edificios y la arquitectura religiosa.

Torre de ascensor y soporte de la cubierta del patio. Casa Ossuna. Alejandro Beautell, 2011. Foto: Efraín Pinto


En la ciudad de La Laguna ha realizado ya dos intervenciones de restauración interesantes: La reforma de la Casa Ossuna para albergar al Instituto de Estudios Canarios y la ampliación de la que ha llamado Casa con Dos Caras en la calle de Cabrera Pinto. Se trata de dos trabajos sumamente respetuosos con la arquitectura vernácula preexistente. Ahí, en ambas obras, el trato a los materiales y elementos constructivos tradicionales ha sido exquisito y cuidadoso en las maneras para lograr su reparación y conservación.

UND, sin embargo, los procedimientos que utiliza al introducir elementos contemporáneos son también de una sutileza extrema. Como ocurre en la Casa Ossuna con la cubierta del patio, que se apoya en una torre de ascensor de estructura metálica exenta. Como el mismo explica hipotéticamente, la aportación contemporánea podría extraerse con un helicóptero de tal manera que el espacio preexistente se mantendría intacto y perfecto en su belleza romántica. Es este un artilugio constructivo que evidencia con rotundidad su carácter contemporáneo y su independencia del pasado en un dialogo fecundo que actualiza una construcción tradicional para su eficaz reutilización en nuestros días.

Al igual que la Casa en Cabrera Pinto, otro contenedor vernáculo urbano particular que ha reformado para unos particulares y que ha analizado con inteligencia el Dr. Carlos Castro Brunetto en un texto titulado Arquitetura, modernida e restauro em Tenerife. Este es un trabajo de rehabilitación y ampliación en el que la preeminencia de algunas comodidades exigibles para la residencia contemporánea, como un confort térmico adecuado y la garantía de entrada del sol para que ilumine sus interiores, no impiden conservar lo preexistente en todo su esplendor y memoria. En este trabajo, surgen también por doquier pequeñas muestras de lenguaje contemporáneo que establecen guiños a nuestra época. Aquí, el uso de de determinados elementos realizados en hormigón visto nos señalan también su voluntad de adscribirse a esa escuela local de arquitectos que ya es una pequeña tradición, y que se identifica por el uso constante de este material. Es casi como una garantía cultural, un guiño con la que el arquitecto trata de refrendar sus estrategias personales y de lenguaje apoyándose en esa usanza contemporánea.

Patio interior de la Casa Cabrera Pinto. Alejandro Beautell, 2012. Foto: Efraín Pinto
Visión de detalle de los distintos tratamientos materiales en el cuerpo de escalera

Beautell establece así una convergencia que no desentona entre el pasado y el presente. Algo que se aprecia también en otras obras suyas como la reforma realizada para una institución cultural señera en la isla, el Casino Principal de Santa Cruz. Aquí el tratamiento empleado es diverso. Y ello es necesario ya que no se interviene en un edificio de arquitectura popular de raíz mudéjar sino en una obra culta y moderna de invariantes racionalistas. Ya no se trata de reformar un edificio tradicional sino intervenir interiormente en la obra madura de un arquitecto más cercano, el gran canario Miguel Martin Fernández de la Torre. El encargo se orienta a introducir nuevas actividades relacionadas con la ciudad y sus socios, un pequeño gimnasio y una sala de exposiciones abierta a la plaza en que se sitúa el edificio. El proyecto reconoce una parte de los planteamientos de lenguaje que ha aportado ese edificio ecléctico a la historia cultural de la ciudad: aquellos en los que el arquitecto grancanario colabora con su colega alemán Richard E. Oppel. En esta obra, Oppel aporta al trabajo común un lenguaje renovador, ligado a las vanguardias alemanas de los años veinte, que se añade con naturalidad a una arquitectura de corte más clásico con la que se había iniciado el proyecto. Es un esfuerzo que se enfoca al tratamiento de los espacios interiores y el acceso principal. Así, una portada de elementos cúbicos y luminosos se proyecta al exterior ofreciendo un anticipo de los maravillosos espacios interiores que existen en el vestíbulo del edificio. Esas atrevidas formas que ejercen una función de contrapunto formal en el edificio y se apoyan en el uso de un material elegante, el mármol negro de Marquina, que le da un sello especial a la totalidad de los ámbitos basados en los diseños de Oppel.

Rehabilitación de la Sala de Exposiciones. Casino principal de Santa Cruz de Tenerife. Alejandro Beautell, 2013

La nueva obra añadida por Beautell vuelve a utilizar ese mismo material como soporte figurativo para su intervención. Así, el empleo del mismo mármol negro, presente en el trabajo original, permite a su reforma integrarse adecuadamente en un diálogo fecundo. Conviven así dos arquitecturas casi idénticas sobre la base de un lenguaje común que se expresa también en los detalles y las soluciones inspirados directamente en las magníficas muestras presentes en el monumento. Una estrategia de arquitectura que hubiera bendecido el mismísimo Viollet Le Duc. El edificio se acaba por el arquitecto de nuestros días con la voluntad de lograr aquello que debería haber querido ser desde el principio.

El espacio de laParrillaen el Gimnasio subterráneo realizado en el Casino principal de Santa Cruz de Tenerife. Alejandro Beautell, 2013

Es destacable por ello que, en estas obras de Beautell, las arquitecturas contemporáneas necesarias para la introducción de los usos y necesidades actuales conviven con naturalidad con lo aportado en el pasado. Se evita así la falsificación y la tergiversación tan habitual en otros trabajos de restauración al uso aquí en la isla.

Pero Alejandro es capaz de ir más allá del respeto a sus mayores. Aunque trata de seguir la estela de los que le han precedido, está volcado en construir una narración contemporánea plenamente personal y sugerente. Es lo que ocurre con su humilde ermita dedicada a San Juan Bautista en la pequeña isla del Hierro y de la que he hablado en otra ocasión. Una obra religiosa de nueva planta que, en su sinceridad, austera exuda una poesía sublime. Ese es un proyecto que reconoce y homenajea en cierta medida la escuela creada en Tenerife -desde los años setenta del siglo XX- por arquitectos como Luis Cabrera, Rubens Henríquez y Díaz Llanos y Saavedra. La arquitectura del hormigón y de las cajas matéricas realizada en el Hierro rememora ese lenguaje en su pequeñez. Una expresividad que luego ha sido llevada a límites formales más extremos por otros arquitectos más reciente como nuestros coetáneos Artengo, Menis y Pastrana.

En ese pequeño templo se plasma, de una manera sorprendente y sorpresiva aquel adagio del teólogo suizo H.U. Balthasar que cita Beautell: La forma es siempre, de un modo insuperables, el lugar de la teofanía de los Dioses”.

Espacio interior de la ermita de San Juan Bautista en La Frontera, El Hierro. Alejandro Beautell, 2012. Foto: Efraín Pinto

Son solo algunas muestras en las que me he fijado de un trabajo, el de Alejandro Beautell, que ya se muestra coherente y de un interés que crece con los años.

Por todo ello, creo que debemos apoyarle. frente a la ignorante construcción que destruye tanto el paisaje de nuestras islas como las admirables formas y espacios de la ciudad heredada. Frente a esa deriva destructora de lo más rico que poseemos es necesario potenciar los mejores espacios que nos representen . Aquellos que enmarquen nuestros anhelos para lograr un futuro común mejor para todos.

Alejandro Beautell es un artista cualificado que puede lograr esa expresión contemporánea de nuestra realidad cultural. Aquella que necesitamos con urgencia. Un esfuerzo individual y colectivo que logre superar el páramo intelectual en el que vivimos. Esperemos que lo logre mucho más ampliamente de lo que ya lo ha hecho.


sobre arquitectura. (con minúsculas)
por Alejandro Beautell

 lo que tenga que decir un joven arquitecto no tiene en principio mayor importancia, pero quiero responder a esta invitación y lo hago consciente de mis limitaciones.

como arquitecto, necesitas un lugar, sin lugar no puede haber arquitectura. ese lugar debes hacerlo tuyo, conocerlo íntimamente.

me preocupa el carácter de los edificios, una casa es una casa. no debe ser otra cosa, su densidad y su peso serán los de una casa. los materiales y sus texturas, los necesarios, los precisos.

cuando aprendes a leer un espacio, puedes apreciar lo fundamental, su esencia, las fuerzas inherentes a ciertos lugares y a sus proporciones. en este territorio desconocido habitan también la música y la poesía.

pienso que hay algo importante en el modo en que los distintos elementos de un edificio entran en contacto. el secreto radica en la unión, en la transición, en la manera que se tocan el suelo y la pared, o cómo se encuentran dos cuerpos de un mismo edificio.

dibujando la sección de una ventana de madera se puede comprender esto, la importancia del contacto entre los distintos elementos. a veces no deben tocarse, debes separarlos, hay que crear sombras.

la geometría y su poder: no alcanzo a comprenderlo. necesito ir a su encuentro, preguntarme cómo es, cómo funciona. ese juego de equilibrios. hermoso, complejo.

la materia, el tiempo y el espacio son las herramientas de la arquitectura. del juego inestable entre ellas, siempre en el límite, surgen las preguntas que esperan respuesta.


Octavio Paz, lo definió perfectamente:

La búsqueda de la Modernidad nos llevó a descubrir nuestra antigüedad … ”
Inesperada lección histórica que no sé si todos han aprendido: entre tradición y modernidad hay un puente. Aisladas, las tradiciones se petrifican y las modernidades se volatilizan; en conjunción, una anima a la otra y la otra le responde dándole peso y gravedad”.


hacer arquitectura con minúsculas, es un ejercicio de responsabilidad y contención, una muestra de respeto por una cultura, una cultura, antigua como el mar y moderna como las olas.

La restauración efectuada en el cuerpo de fachada. Casa Cabrera Pinto. Alejandro Beautell, 2012. Foto: Efraín Pinto

Weitere Informationen:
Beautell Arquitectos. Página oficial de la oficina de arquitectura
Casa Ossuna. Alejandro Beautell, 2010. Archdaily Mexico. 11/12/2012
Casa con dos caras. Alejandro Beautell, 2012. Noticias de Arquitectura. 24/08/2013
La intensidad de un pequeño templo. Federico Garcia Barba, Arquiscopio 19/10/2013

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