Pilar escultórico que forma parte de la columnata del Museo Cocteau. Menton, Riviera francesa. 2011
Ricciotti es un profesional radicado en el sur de Francia que trabaja unas arquitecturas caracterizadas por una gran potencia expresiva y desarrolla un discurso epatante. Últimamente está obteniendo un reconocimiento progresivo en el país galo desde que en 2006 se le concediera el Grand Prix de l’Architecture.
El arquitecto Rudi Ricciotti. Foto: Jaime Hawkesworth, New York Times
Desde sus comienzos, este arquitecto ha buscado la polémica como una estrategia para llamar la atención y lograr reconocimiento mediático masivo. En ese estilo de enfant terrible tan característico de algunos franceses, se describe a sí mismo como un “salafista de la arquitectura” en una reciente entrevista concedida al diario Le Figaro. Allí se declaraba partidario de un arte de la exageración como un recurso válido para recuperar la innovación y la libertad de la arquitectura frente a la “pornografía reglamentaria”. Se refería así a la estandarización actual impuesta por las normativas de todo pelaje que acosan al proyectista. Su más reciente exabrupto se ha concretado en el manifiesto titulado “La arquitectura es un deporte de combate”.
Rudi Ricciotti es un técnico que cuenta con una ya larga experiencia en el manejo de las estructuras de hormigón. Sobre todo desde que en 1994 construyera el Stadium, un monolito cúbico rematado exteriormente con el empleo masivo de ese material y que fue originalmente destinado a albergar un espacio para actuaciones con un gran aislamiento acústico logrado por sus densos muros grises. Esta caja autista supondría la aparición de una construcción sin referencias en el paisaje desolado de Vitrolles, una Ville Nouvelle suburbial atravesada por la Autoroute du Soleil a su paso por Aix en Provence. El Stadium es hoy una construcción masiva de gesto radical que ha sido abandonada a la colonización de los grafiteros desde hace muchos años.
Espacio Stadium. Vitrolles, Vux en Provence. 1994 Cubierta de la piscina en la Villa Navarra en Le Muy. 2002
En la Villa Navarra en Le Muy, Ricciotti mantiene esa tensión en la búsqueda de los extremos. Su fina cubierta es una exploración estética de los límites estructurales del hormigón armado. Con un voladizo libre de 40 metros y casi 8 metros de altura, se proyecta hacia el paisaje para enmarcar una convencional piscina en lámina frente al horizonte.
En el transcurso de los años ha evolucionado hacia una arquitectura que busca una mayor expresividad y ornamento. Por lo que parece, de lo que se trata es de lograr la diferencia y la atracción de la extrañeza. Es un lenguaje que busca comunicar con el usuario a través del contraste con los lugares, sobre la exploración de las particularidades de las estructuras basadas en el hormigón armado y una plasticidad simplona que hace posible la versatilidad de ese material. La tensión de su arquitectura se centra así en la definición de pieles tejidas con intrincados diseños aleatorios y formas escultóricas caprichosas.
Su estrategia compositiva es de una banalidad extrema. Se basa en la definición de cajas de cristal que establecen el límite de los espacios interiores que se recubren con envoltorios prefabricados de hormigón. Diseña las pieles exteriores como recubrimiento formal y para encajar diversas formas irregulares que acaban configurando simples planos exteriores tejidos de formas repetidas y serializadas. Como ocurre en el llamado Pabellón Negro, que alberga el Centro Coreográfico Nacional de Francia, construido en Aix en Provence en 2006.
Visión nocturna del Museo Cocteau. Menton, Riviera francesa. 2011
Ambiente luminoso del espacio interior de exposiciones. Fotografía Roland Halbe
En Mentón, a la orilla del Mediterráneo, ha terminado de construir en 2011 la sede del Museo Cocteau, un espacio dedicado al poeta e intelectual que filmaría la primera versión cinematográfica del cuento tradicional de La Belle et la Bête. Este espacio museístico es una especie de cáscara triangular de hormigón blanco que se fractura en su bordes para establecer una especie de porche escultórico. Una filigrana columnar en forma de peine que recorre toda la fachada exterior del edificio. En su interior, se ha proyectado una organización espacial extremadamente convencional en la que el espacio trapezoidal disponible se divide simplemente en dos partes por los servicios y espacios de escaleras y ascensores. Su carácter escultórico aleatorio instaura una potente presencia en la fachada marítima de este pequeño enclave de la Riviera francesa. Es una obra en la estela de otras instalaciones icónicas como el Guggenheim bilbaíno; así el Museo Cocteau alberga la colección de Severin Wunderman estableciendo el contraste de una presencia amenazante en este pintoresco pueblecito de coquetos hoteles y cuidados jardines.
En 2012, y para el patio Visconti del Museo del Louvre, ha diseñado junto a Mario Bellini una espectacular cubierta ondulada que contiene nuevos recintos expositivos destinados a las colecciones de arte islámico de ese gigantesco equipamiento cultural parisino. Es una lámina dorada que cubre un espacio añadido de 7.000 m2 y que parece flotar como una alfombra voladora en una metáfora visual invasiva y juguetona que, de alguna manera, le quita protagonismo a la barroca y señorial arquitectura precedente de Claude Perrault.
Espacio expositivo de las colecciones de arte islámico del Museo del Louvre en el patio Visconti.
Finalmente este mismo año, acaba de inaugurar el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo en la ciudad portuaria de Marsella. Otro contenedor acristalado recubierto exteriormente por un encaje masivo de hormigón que se sitúa en un enclave privilegiado, una plataforma ganada al mar frente al Fort Saint Jean que protege al primitivo puerto. El espacio expositivo es bastante discutible ya queda afectado por los contrastes luminosos que genera el tejido de los planos exteriores que lo envuelven, impidiendo realmente un disfrute adecuado de lo que se muestre en esos interiores.
MUCEM. Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo. Marsella, 2013
Ha nacido otra estrella de la arquitectura internacional. Hoy, en nuestra disciplina, parece que todavía seguimos instalados en la venta de genios inconformistas a través de los medios de comunicación de masas. Lo que resulta insoportable de todos estos personajes es su extrema egolatría, su discurso torrencial plagado de titulares epatantes que crean espectáculo y presentan sus caprichos como la última palabra en el arte de la construcción. De una manera progresiva, la cultura va quedando así reducida a entretenimiento con el apoyo complaciente de todos.
Francia celebra la arquitectura de este nuevo actor en la Cité de l’Architecture et du Patrimoine que mantiene abierta este verano una muestra sobre la arquitectura de Rudi Ricciottien su sede parisina de la Plaza del Trocadero. Permanecerá todo este verano hasta principios del mes de Septiembre.
Vista de la muestra Rudi Ricciotti, architect que se desarrolla actualmente en la Cité de l’Architecture et du Patrimoine de Paris
Más información:
Museo Jean Cocteau. Rudy Ricciotti. ArchDaily 12/04/2012
Ricciotti Architecte. Cité de l’Architecture. Paris. Hasta el 8 de Septiembre de 2013
Rudy Ricciotti. Página Oficial del Arquitecto
El arquitecto Rudy Ricciotti en un programa de debate en la televisión francesa
Estoy muy de acuerdo con tu comentario sobre la arquitectura de Rudy Ricciotti. Viendo su video en you tube, me ha parecido reencontrar esta especie de autocomplacencia y seducción a través de banalidades que gusta tanto a mis amigos franceses. Salvando las distancis parecía un Ricardo Bofill rejuvenecido. Supongo que cumple su “función social”…
Ferran
En Francia parece que siguen apostando por este tipo de personajes que pretenden instituirse como el no va más de la cultura. Cuando en realidad, su discurso y su obra tienen una bajísima calidad intelectual.
Es lo que tienen los medios de comunicación de masas. El entretenimiento genera mediocridad y parece que estuvieramos condenados a tragarnos lo que viene desde ahí.
Los que siguen apostando por las mayorías y la igualación por abajo se equivocan. Desgraciadamente, a Ricciotti lo patrocina la Cité de l’Architecture y el gobierno francés. A este arquitecto le han concedido sorprendentemente el Grand Prix d’Architecture.
Sin embargo, la segmentación cultural va a ser brutal en los próximos años y la tendencia a la elitización va a conducir a una segregación y ocultación de lo más valioso, enriquecedor y sofisticado, separándose netamente y más aún de lo popular. De alguna manera, siempre ha sido así. Tendremos que seguir buscando en otros lugares, esos pequeños oasis de cultura que pocos conocen.