Peter Doig y Le Corbusier

A veces los pintores se fijan en las obras de los arquitectos, a las que toman como fuente de inspiración. Como ha ocurrido con Peter Doig y su particular percepción de una de las Unité d’Habitation de Le Corbusier. El resultado ha sidons una serie de obras que se basan en el edificio del arquitecto suizo, y donde Doig aprovecha para cuestionar poéticamente la abstracción formal de la arquitectura moderna en su relación con el caos que percibe del entorno natural.

The architect’s home in the ravine. Peter Doig. Óleo sobre lienzo. 1991

Peter Doig es uno de los pintores vivos cuyas obras son más apreciadas hoy por el mercado del arte. Desde que sus trabajos empezaron a incluirse en las subastas de obras contemporáneas y hasta alcanzar el liderazgo como artista vivo más cotizado del momento, Doig ha ido aumentando su repercusión mediática y su valoración mercantil. Todo ello apoyado en el trabajo profesional de difusión realizado por sus galeristas y, sobre todo, como consecuencia de las sucesivas muestras en los más relevantes centros culturales europeos, comola Galería Tatede Londres y el Museo de Arte Moderno de París.

Una obra suya, titulada The architect’s home in the ravine (La casa del arquitecto en la quebrada) llegaría a alcanzar en una subasta una escandalosa cifra de remate, cercana a los nueve millones de €uros. Ese trabajo puntillista presenta una precisa construcción geométrica rodeada y aplastada por la fuerza de la variedad colorista y las formas irregulares de la vegetación circundante. Podríamos considerarla una metáfora de la desigualdad del esfuerzo humano por imponer una racionalidad intelectual frente a la energía brutal de las formas biológicas.

Y es que Doig tiene una cierta predilección por interpretar las intrigantes y difíciles relaciones del entorno natural con las obras construidas por el hombre. Hay que considerar que la arquitectura es la expresión física del desarrollo cultural que las sociedades han ido experimentando a lo largo dela historia. Unproducto que tiene una relativa permanencia en su fragilidad pero que también está sujeto a una degradación constante, a la acción a largo plazo de las fuerzas naturales.

Nuestra especie siempre ha batallado con la geografía y el medio ambiente para doblegarlo a las necesidades de la humanidad y la civilización. Los hombres han ido transformando paulatinamente la faz de la tierra durante milenios. En primer, lugar para extraer recursos minerales pero también para dotarse de espacio para la agricultura y la ganadería y así garantizarla alimentación. Ensu extremo más sofisticado este esfuerzo se ha orientado a recrear lo natural simplemente para obtener un placer estético a través de lo que conocemos como jardinería. 但, todo esto no son sino solamente acciones efímeras, que se convierten en fácilmente reversibles con solo descuidar su mantenimiento, sin contrarrestar la acción de los meteoros o dejando actuar libremente a los elementos vegetales y animales que nos acechan constantemente. Lo que para nosotros puede parecer el caos, es la condición habitual de la vida sobre el planeta, un caldo que se remodela constantemente según leyes que no conocemos realmente, diversas a las impuestas desde la cultura. Seguimos siendo unos grandes ignorantes sobre lo que se refiere a los procesos biológicos en curso; a los que siempre tratamos de domesticar y utilizar en nuestro beneficio como especie hegemónica.

Peter Doig construye una visión poética sobre esta confrontación entre abstracción e informalismo, entre orden y caos. Le interesa expresar la condición cambiante del mundo que vivimos. Nos relata el drama que sufre la cultura en decadencia pero también el placer que se experimenta por la percepción de los contrastes.

Unité d’Habitation en Briey Le Forêt. 勒·柯布西耶, 1956
Detalle de la fachada de la Unité d’Habitation de Berlin. 勒·柯布西耶

Cabin essence. Peter Doig. Óleo sobre lienzo, 1993

A comienzos de los años 90 del pasado siglo, este autor visitaría el edificio multifamiliar que Le Corbusier realizaría en 1956, en Briey Le Forêt, en el noreste de Francia. Esa típica Unidad de Habitación concebida por el arquitecto suizo, surgiría en su momento como una respuesta moderna para albergar a los trabajadores de una región carbonífera. Como consecuencia del hundimiento de la demanda, la pérdida del trabajo consiguiente y la emigración de sus ocupantes fue abandonada en 1973 hasta que años más tarde se recuperaría sobre la base de una propuesta cultural de revaloración de su carácter icónico como edificio representativo de un momento cultural vibrante.

Doig junto a un grupo de arquitectos y otros artistas intentaron ejercer así una acción de salvaguarda sobre una muestra arquitectónica de la cultura más reciente a la que trataron de devolverle su anterior esplendor. Hoy en día, está plenamente rehabilitada y ocupada nuevamente por otros usuarios.

那里, Doig fotografiaría intensamente el edificio para luego realizar lienzos de gran formato. En esas imágenes punteadas en azul, rojo y amarillo, pintadas con rasgos impresionistas se establece el contraste entre la penumbra de la vegetación y las formas puras del edificio de hormigón de Le Corbusier.

Representación del Modulor en la Unité de Habitation en Briey Le Forêt. 勒·柯布西耶, 1956

En los últimos años, el pintor se ha retirado al Caribe desde donde trabaja integrado en la comunidad insular. Sus últimas obras figurativas de intensos colores nos rememoran las paradisiacas imágenes de Gauguin. En 2008, el museo londinense Tata Gallery le dedicó una gran retrospectiva en la que figuraban esos cuadros y dibujos relativamente recientes realizados por el artista durante su estancia en la isla caribeña de Trinidad.

Ping pong. Peter Doig. 2008

El trabajo de este pintor se fundamenta siempre en una acumulación de experiencias de las que trata de extraer una visión poética que remita a explicar ese mundo que le rodea cotidianamente en todo su alcance contradictorio, de sufrimiento pero también de disfrute. En algún momento resuenan las formas planas y los colores intensos que muestran personas, paisajes y arquitecturas, que se acumulan rememorándonos los precedentes sensuales de otro pintor británico, David Hockney.

Actualmente, los últimos trabajos de Doig, realizados en su entorno habitual del archipiélago caribeño de Trinidad y Tobago, se exhiben hasta Noviembre en la Scotish NacionalGallery en Edimburgo, su ciudad de origen, La muestra que nos remite a un cierto primitivismo se presenta con el título de No Foreign Land y pretende inducir a la reflexión sobre la imposibilidad de ser extranjero en un mundo altamente comunicado como el que hoy habitamos.

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Art in London: Doig and Munoz
Unité d`Habitation de Briey en Forêt

Grande Riviere. Peter Doig. 2002