Imagen futurista de Londres recubierta de torres y rascacielos.
Los rascacielos se han convertido en el campo actual de la expresión arquitectónica contemporánea. Es el resultado de la arrolladora fuerza del capital para imponer una visión neoliberal de la ciudad. El caso de la ciudad de Londres es espectacular desde esta perspectiva.
Al igual que ocurre con numerosas ciudades de Oriente Medio y el Sureste asiático, en la metrópolis londinense se ha impuesto una carrera desaforada para rellenar de torres gran parte de su centro urbano sin que exista una sujeción a restricciones urbanísticas racionales. Hoy se construyen más de doscientos edificios con altura superior a treinta plantas en el área central de Londres; tanto en las zonas en que ya existen estructuras de este tipo como la City y Canary Wharf como en nuevos enclaves que se van a incorporar como centros de desarrollo económico, tales como Nine Elms y Sothwark: Todas estas nuevas construcciones van a aportar una nueva y fuerte presencia a la imagen paisajística de la capital británica, transformado radicalmente su imagen medieval tradicional..
Es lo que tiene asumir de una manera abierta y sin complejos la ideología del progreso y del crecimiento sin límites asociada a las fuerzas del capitalismo. Se están acumulando así nuevas burbujas inmobiliarias en diversos lugares del planeta que es que ocasionarán nuevas convulsiones sociales como consecuencia de su probable estallido en un futuro indeterminado. En ese momento, estaremos en el escenario que anticipaba para Londres J.G. Ballard en su novela El mundo sumergido de 1962.
No obstante, lo que ocurre en la ciudad capital de Gran Bretaña no deja de ser un espectáculo digno de observar por su magnitud.
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