Interior de la Biblioteca National de París. Henri Labrouste. Foto de Georges Fessy, cedida por cortesía del MoMA
Henri Labrouste es un arquitecto esencial en la transformación de la arquitectura del siglo XIX. Sus ligeras estructuras metálicas pudieron dar contenido espacial a dos magníficos edificios culturales de la ciudad de París: las bibliotecas Nacional y de Sainte Genevieve.
Dibujo a la aguada de basa y capitel de una de las piezas que componen la columnata del Panteón de Roma. Henri Labrouste, 1830. Imagen cedida por el MoMA
Labrouste tiene un significado especial para la arquitectura, especialmente la que surge en Francia a raíz de la fundación de la Ecole Politechnique en 1858. Sus planteamientos espaciales revolucionarios han significado que haya que considerarlo también como una personalidad esencial en la historia de la arquitectura contemporánea. Sus ideas sobre la racionalidad de las estructuras y el experimentalismo relacionado con los materiales tendrán además una influencia decisiva sobre el enfoque de la arquitectura que se desarrollará posteriormente.
Henri Labrouste fue admirado por sus contemporáneos debido a su gran capacidad para imaginar espacios luminosos y teñidos por un orden lógico sin complacencias. Sus estructuras de hierro forjado son espectaculares en su sencillez y eficacia. Como las que desplegaría en las grandes salas de lectura de las dos bibliotecas parisinas por excelencia, Sainte Genevieve de 1850 y la Nationale de France de 1868.
Uno de sus coetáneos, el mismísimo Viollet Le Duc, lo consideraba uno de los grandes maestros de la disciplina de la arquitectura. Y es que Labrouste no solo tenía una innegable capacidad técnica sino que también era un gran erudito, conocedor de las grandes obras de la antigüedad. Es algo que demuestran demuestran sus magníficos dibujos y exquisitos grabados de la arquitectura clásica que empezaría a realizar ya desde sus tiempos de estudiante, durante su estancia en Italia disfrutando del galardón que le concederían como Grand Prix de Rome.
Pero su influencia iría más allá de su siglo. Sus vibrantes espacios tienen ecos que se proyectan hasta bien entrado el siglo XX. Esa forma majestuosa de pensar los espacios para el estudio y el trabajo, en los que la luz tiene un papel esencial, los podemos hallar reflejados en obras como la nave de oficinas de la Johnson Wax Co de Frank Lloyd Wright; o en la más cercana cubierta del Palazzo del Lavoro, que Pier Luigi Nervi acabaría de construir en Turín en 1961.
Palazzo del Lavoro de Turin. Pier Luigi Nervi, 1961. Foto: Justin
En estos momentos, el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Nueva York está presentando la obra de este insigne arquitecto francés. Es una magnífica exposición que se desarrolla a lo largo de los meses que van desde Marzo hasta Junio de 2013. La muestra ha sido organizada por Barry Bergdoll, Conservador de Arquitectura y Diseño del MoMA en colaboración con Corinne Bellier de la Cité de l’Architecture parisina y el historiador francés Marc Le Cœur.
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Henri Labrouste: Structure brought to light. MoMA exposición abierta hasta el 24 Juni 2013
Henri Labrouste: Structure Brought to Light. Metalocus 25/10/2012
Sala de lectura de la Biblioteca de Sainte Genevieve, Paris. Henri Labrouste. Foto de Michel Nguyen, cedida por el MoMA
Sobre la exposición de Labrouste. Entrevista a Barry Bergdoll. Blouin Artinfo
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