Japón es un país que ha mantenido históricamente una alta sofisticación cultural, lo que tiene una repercusión en la arquitectura de calidad que se hace. Como ocurre con la Optical Glass House que ha construido recientemente Hiroshi Nakamura en una bulliciosa avenida de la ciudad de Hiroshima.
Las tres plantas de la Casa de Cristal de Nakamura se insertan entre dos grandes edificios en altura, estableciendo un filtro acristalado que actúa como membrana aislante frente a un entorno urbano sumamente agresivo. Esta alta pared compuesta por más de 6000 piezas macizas de cristal funciona como una cortina tradicional o noren.
Los japoneses utilizan este artilugio como un sutil elemento textil que divide habitaciones y espacios o se sitúa ante las puertas principales de acceso para establecer una transición flexible. El noren suele formalizarse como una cortina móvil con varios cortes verticales que no llegan a alcanzar la totalidad de la pieza, lo que permite fácilmente el paso y la visión parcial del otro lado. Se suele hacer de tela pero también pueden emplearse otros materiales para protegerse del sol, del viento e, incluso, del polvo.
En la Casa de Cristal, realizada por la oficina NAP, se utiliza este concepto del noren para establecer filtros sucesivos que generan una transición progresiva desde la calle hacia la calma de un espacio familiar relajado. El carácter translucido de la fábrica de cristal permite una contemplación sesgada y borrosa de lo que ocurre en el exterior, mientras que establece una atenuación radical del ruido y del exceso de movimiento que genera el tráfico exterior. Tras este primer noren se ha diseñado un jardín exquisito y lujurioso que ofrece un fondo vegetal para los espacios interiores de la casa. La zona de estar se abre completamente sobre el mismo estableciendo una relación intensa con los árboles y arbustos que se han dispuesto cuidadosamente allí. Es también una referencia a los jardines contemplativos tradicionales de los templos y palacios históricos existentes en ciudades como Kyoto.
La zona de estar se tamiza seguidamente con un segundo noren a modo de cortina -ya textil- que establece una ligera transición entre el espacio interior y el exterior. De esta manera, los residentes pueden apreciar sutilmente la acción de los meteoros que se producen normalmente. En particular, la contemplación del recorrido de las luces y sombras que va produciendo el recorrido solar, la acción de la lluvia sobre los pavimentos, el movimiento de las hojas debido al viento y el cambio de la vegetación debido a las estaciones, etc.
Los interiores se caracterizan por esa simplicidad y sutileza que es habitual en la cultura japonesa. Pocas piezas altamente sofisticadas componen el mobiliario y las particiones interiores para generar espacios limpios y amplios en los que lo importante es el vacío y la ausencia de aglomeraciones y embates visuales. Un ejemplo de ello es el curioso baño realizado totalmente en madera de roble y cuyo lavamanos es una pieza maciza esculpida utilizando el mismo material.
La Optical Glass House ha ganado en 2012 el reconocimiento del premio que cada año la revista británica Architectural Review otorga a la nueva arquitectura emergente.
Optical Glass House. Hiroshi Nakamura
Ganadores de los 2012 AR+D Emerging Awards. Metalocus 26/11/2012
A garden enclosed by 6000 glass blocks. Spoon and Tamago 13/12/2012
Video sobre la Optical Glass House by Hiroshi Nakamura & NAP
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