Vista exterior de la Casa en Punta Chillén. Chiloé, 2009. Imagenes: Felipe Camus
Las viviendas del equipo dRN, que componen Max Núñez y Nicolás del Río, situadas en diferentes lugares enclavados a lo largo de la geografía chilena, presentan configuraciones altamente innovadoras y contemporáneas. Al mismo tiempo, esas singulares construcciones idiosincráticas tratan de dialogar con lo local, su historia, su paisaje y sus costumbres.
Acceso a la Casa en La Baronía. Quintero, Vaparaiso. 2009. Imatge: Sergio Pirrone
La arquitectura de Núñez y Del Río se ha centrado en la vivienda unifamiliar, con un gran número de encargos ya realizados a pesar de su corta trayectoria profesional. Muchos de ellos, son edificios que explotan situaciones privilegiadas en enclaves costeros del larguísimo litoral del país. Espacios de perspectivas espectaculares como la isla de Chiloé y Valparaiso.
La isla de Chiloé en el sur de Chile es un lugar con un paisaje único presidido por lluvias constantes, vientos extremos y el rumor violento del mar. Un espacio difícil que ha forjado una estirpe de residentes acostumbrados a una dureza climática inusitada. Allí, han desarrollado una casa los arquitectos del equipo dRN, en la llamada Punta de Chillén. Los propios arquitectos explican de una manera inmejorable las particularidades de ese trabajo realizado:
La casa se posa como un elemento extraño al borde de la playa, como un cuerpo desconocido a punto de despegar del suelo con un viento fuerte. Su geometría exterior no está vinculada con la topografía inmediata, más bien, las relaciones con el territorio se establecen desde sus espacios interiores.
El perímetro del primer piso es definido por una repetición de pilares de madera que permite despejar parcialmente el interior de la planta. Esta estructuración del perímetro fragmenta los distintos frentes de la casa, ajustando o dilatando las aperturas de acuerdo a distintos niveles de intimidad, dibujando sombras hacia el interior que varían durante el día. Desde el exterior esta repetición de columnas impide diferenciar el programa interior o definir una escala precisa del edificio.
Sobre la plataforma del primer piso una estructura metálica cubre un espacio de planta libre. Este segundo nivel, más abierto y despegado del suelo que el primero, permite una vista panorámica del horizonte. La geometría irregular de la cubierta genera un espacio cóncavo cuyo perímetro irregular se contrapone con la línea predominantemente horizontal del paisaje Chilote: una cubierta con dimensiones inusuales para una casa de vacaciones.
Zona interior de estancia de la Casa Chillén, situada en la planta alta de la vivienda
También aquí la prestancia visual del edificio se consigue a través del desarrollo plástico de los volúmenes, pero el impacto es todavía más fuerte y escultórico, acentuado por el uso de planchas de cobre ondulado que le dan un colorido más oscuro y prepotente que en la casa anterior. Por otra parte la madera de los interiores prefiere ahora el color rojizo oscuro del olmo, y no el color más claro de la Habitación , matizando coherentemente el cromatismo un tanto severo del exterior con una material distinto.
La planta del edificio, que nace de la interpolación de dos rectángulos “regularizados” con una larga pared inclinada, da al interior un evidente dinamismo, subrayado por el tratamiento dado a la obra en madera. Una vez más, la planta es libre, lo que permite que el edificio se abra casi por completo hacia el paisaje.
Igual que ocurría en la Habitación, se da aquí el diferente tratamiento material según los distintos lugares de la construcción. Una de las fachadas largas, por ejemplo, está totalmente cerrada respecto al interior, sin ningún saliente que atenué la sensación de desarrollo irregular del volumen.; en cambio, la fachada que se orienta al valle está claramente dividida en tres niveles. La base, en cemento visto, parece “separar” el edificio del suelo, e incluso del primer piso, donde vuelve a haber una superficie acristalada sin solución de continuidad que contrasta netamente con la filosofía de volumen completamente cerrado del piso superior, en metal.
El espectacular enclave costero en el que se sitúa la Casa Baronía. Imatge: Erieta Attali
Más al Norte, en Quintero, en la costa de Valparaíso, han construido en 2009 otra vivienda realmente excepcional. Se trata de la Casa de la Baronía, una construcción desafiante a dos alturas que se ejecutó en acero corten, madera y vidrio. Todo un reto romántico ante las inclemencias del lugar, que se ha destinado a establecer un refugio austero, que lucha contra la humedad salina de los vientos marinos. En planta baja se disponen los dormitorios conectados por un amplío ventanal que establece un dialogo fructífero con el horizonte marino. Al mismo tiempo en planta alta el volumen se trocea para ofrecer una terraza abierta frente a la costa junto a unos amplios volúmenes interiores a modo de estudio en los que se prevé que se desarrolle la vida diaria.
Allí se despliega con la máxima eficacia una estrategia tectónica que explota materiales simples en una cuidada disposición y ensamblaje. Las estructuras y recubrimientos tienen la cualidad brutal de lo extremadamente simple. Se crean así unos recintos para el uso esporádico vacacional que permiten la vida familiar al borde del abismo.
Espacio interior de la zona de dormitorios de la Casa Baronía
Més informació:
Casa en Punta Chillén. Chiloé, Chile. dRN Arquitectos. Revista ARKCiSur 07
Casa La Baronía. Valparaiso, Chile. dRN Arquitectos Plataforma Arquitectura 10/08/2012
Plataforma Arquitectura entrevista a Max Nuñez
Plataforma Entrevista: Max Nuñez d' Plataforma Arquitectura en Vimeo.
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