En Barcelona se ha abierto un nuevo espacio de encuentro como restaurante y club de copas en uno de sus espacios más emblemáticos,la Plaça Real. Es el Club Ocaña, un espacio de entretenimiento que alude al personaje transgresor que vivió en esta zona durante los años 70 y 80 y contribuyó a dar una personalidad característica al espacio urbano de las Ramblas de la ciudad condal.
La estrategia de diseño del interiorismo aplicada, aprovecha los restos de la construcción anterior existente, de estilo fin de siecle. A partir de ese planteamiento, introduce nuevos servicios y componentes funcionales tratando de conservar todo lo posible. El trabajo realizado por Albert Guilleumas y Mireia Campañá -con la colaboración del equipo francés Lumieres Studio- ha aplicado una estrategia de reciclaje radical, tanto del espacio como de los elementos que se han utilizado enla decoración. Para la iluminación se han recuperado lámparas de araña antiguas; el mobiliario se ha buscado por distintos lugares, así las sillas pertenecen a un antiguo café italiano, los bancos estaban en el teatro desaparecido de un pequeño pueblo alemán, etc.
Este club y café con restaurante, junto al llamado Aphoteke, un cóctel bar de singulares formas, hacen referencia a un pasado desaparecido. En todo el conjunto se destila un cántico a la nostalgia por un pasado desaparecido que se intuye fue mejor que nuestro presente de crisis económica.
Este espacio representa una nueva estética de recuperación del pasado y de respeto radical a la autenticidad que hace furor en toda Europa.
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Página del Club Ocaña
Ocaña: Arte y Gastronomía en la ciudad condal
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