Galería Tschudi. Chesa Madalena, Suoz. Ruch and Partners, 2002. Imagen: Filippo Simonetti
Hans-Jörg Ruch es un arquitecto suizo que trabaja desde Sankt Moritz y se ha especializado en realizar intervenciones de rehabilitación en viejas casonas populares de la región romanche del Engadin. Sus propuestas de arquitectura se basan en el mantenimiento radical de los elementos constructivos originales junto a la introducción puntual de elementos que aluden a la cultura contemporánea.
Alclouds. 144 cubos de aluminio de 10x10x10 cms. situados aleatoriamente. Carl André, 2001. Galería Tschudi Suoz
Ruch comenzó su andadura profesional en 1989 y a lo largo de los años ha ido acumulando una serie de proyectos muy personales que componen una trayectoria de arquitectura de alto interés propositivo. Su especialidad es la reforma de edificios tradicionales existentes con destino turístico. Busca la transformación de las tradicionales casas campesinas de la región, compuestas generalmente por vivienda, granero y establo, en recintos aptos para admitir huéspedes junto a otros elementos de sofisticación.
Su trabajo se basa en una puesta en valor de los materiales y piezas preexistentes. Ahí juega un papel esencial la rehabilitación de los elementos de piedra y madera que componen la arquitectura tradicional de la región. Para él, los materiales próximos determinan la arquitectura y, en el caso de Engadin, la madera es un elemento esencial en este sentido. Recurre al ejemplo de los Condominios de Sea Ranch, que harían Moore, Lyndon, Turnbull y Whitaker a finales de los 60, como un referente que se plantea desde una estrategia similar de arquitectura relacionada con el medio y los recursos cercanos.
Para Hans-Jörg Ruch, la historia de los lugares es otro componente esencial a la hora de abordar las arquitecturas concretas. Para ello busca realizar previamente un reconocimiento minucioso de los hechos materiales, la tradición específica y la geografía próxima en cada caso. Este esfuerzo le lleva a extraer los elementos insólitos y al descubrimiento de espacios de una gran riqueza y originalidad. Espacios que son irreproductibles en la actualidad y que son el resultado de una acumulación vital que les otorga una gran autenticidad. Valores esenciales estos, hoy, en una sociedad de consumo de masas en la que la diferencia, la herencia cultural y la naturalidad son tesoros capitales.
Planta baja de la Chesa Not. Ruch and Partners, 2004. Imagen: Filippo Simonetti
Una parte interesante de su trabajo se concentra en las denominadas “Chesas”, o casas en romanche, situadas en pequeños pueblecitos del Engadin. Como la Chesa Madalena, una gran casona granja del siglo XIV con un antiguo establo que en 2002 se transforma en una pequeña galería de arte, situada en Zuoz. Allí, se conjuga el mantenimiento de la estructura histórica de piedra y madera con la introducción de nuevos usos acomodados mediante un tratamiento exquisito de formas y espacios formados con tablazones recientes. Se generan así ricos contrastes que estimulan una experiencia sensorial diversa.
Otro ejemplo de su trabajo es la Chesa Not en Tschilin. Un alojamiento turístico situado que aprovecha una antigua casa del siglo XVI con pajar de heno y que se reutiliza añadiéndole elementos espaciales diversos. En general, el planteamiento proyectual mantiene aquí la apariencia más arcaica en los niveles más bajos del edificio, introduciendo nuevos componentes inesperados como una lámina de agua que se hiela en el invierno. En las plantas superiores se aprovechan algunos espacios para potenciar nuevas emociones inesperadas. Como las vistas espectaculares de la montaña próxima para ofrecer una experiencia sublime. O la recuperación de piezas de mobiliario antiguo en un intento de rescatar el aura y la memoria del lugar.
Chesa Madalena, Suoz. Ruch and Partners, 2002. Imagen: Filippo Simonetti
La oficina de Ruch & Partner Architekten ha realizado otras numerosas restauraciones y reconversiones a lo largo de los últimos veinticinco años. Un trabajo consolidado que merece una mayor atención. Se trata de una apuesta arquitectónica por el reciclaje sofisticado de las estructuras y construcciones heredadas, provenientes de unas épocas en las que existía una relación más directa con el medio próximo. La conjugación de un tratamiento contemporáneo de los espacios con el mantenimiento de aquellos elementos que cuentan con una densa memoria humana asociada es una estrategia de una alta riqueza conceptual y emocional.
Más información:
Ruch&Partner Architekten AG
Galería Tschudi. Suoz, Engadin
Chesa Not. Ruch and Partners, 2004. Imagen: Filippo Simonetti
Chesa Sclarida. Ruch and Partners, 2008. Imagen: Filippo Simonetti
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