Puente Helix. TTJ Design and Enginereering. Singapur.
En los últimos años, parece existir una tendencia a concebir determinados proyectos de arquitectura e ingeniería utilizando geometrías tubulares. Es lo que ocurre con algunos ejemplos de puentes recientes que adquieren esa configuración volumétrica. Como la sorprendente propuesta que ha realizado Arnd Goldack para Oberhausen en Alemania.
Puente Erasmus. Ben van Berkel. Rotterdam. Foto: Dennans, Flickr
Decía Hegel que en las construcciones humanas está presente la relación absoluta entre contenido y forma. Algo que suelen orillar algunos arquitectos contemporáneos y que, sin embargo, se detecta a menudo en la manera de proceder de los ingenieros que proyectan estructuras. Cuando se observan algunos puentes contemporáneos, se pueden establecer algunas diferencias de concepto entre la manera de prefigurar estos artilugios por esas dos categorías técnicas. De entrada, los actuales arquitectos de renombre dependen de los segundos en sus formalizaciones, en algunos casos extravagantes. Mientras, los grandes ingenieros contemporáneos tratan de mantenerse fieles a esa relación entre forma y contenido a la que aludía Hegel. Es lo que ocurre y puede representar la figura de un gran ingeniero español Javier Manterola, en cuyo puente de estructura de hormigón tubular en Osera del Ebro existe una gran compenetración entre forma y comportamiento estructural.
Sin embargo, los ingenieros suelen tener una preocupación por el déficit estético que sus trabajos pueden producir. A este respecto, y en relación a los puentes, Manterola ha escrito lo siguiente en su libro La obra de ingeniería como obra de arte:
De todas las obras públicas, las más objetuales, las que más historia y tradición tienen y a las que con menor dificultad se les atribuye una dimensión estética notable, considerándose en algunos casos como obras de arte, son los puentes. Sobre ellos hay que realizar una doble lectura: su diseño en sí, que pone en evidencia un valor artístico en cuanto tal, y su encaje en el paisaje, que completa la dimensión anterior. la obra es el resultado de ambos conceptos.
Puente para ferrocarril. Javier Manterola. Osera de Ebro
Quizás por eso, los puentes fascinan tanto a los arquitectos que, en algunos casos, tratan de diseñarlos desde una concepción meramente estética olvidando sus condicionantes estructurales y centrándose exclusivamente en la definición de esas formas idealizadas.
Últimamente, algunos artistas y arquitectos intervienen en el proceso de formalización de puentes y siempre en colaboración con aquellos ingenieros especialistas en el diseño y cálculo de estructuras. Como ha ocurrido con el emblemático puente Erasmus en Rotterdam, proyectado por Gemeentwerken en colaboración con el arquitecto Ben van Berkel, que se ha convertido en un icono simbólico de esa ciudad holandesa. Peor resultado han tenido las múltiples experiencias del arquitecto-ingeniero valenciano Santiago Calatrava. Su manera de concebir los diseños estructurales ha buscado más el espectáculo formal que la coherencia constructiva, llevándole a proponer conceptos casi imposibles, cuyo diseño y cálculo final siempre ha intentado derivar a otros. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo con el más reciente Ponte della Costituzione en Venecia, cuyo arco casi horizontal supone un desafío insuperable para la estabilidad al apoyarse sobre un terreno formado por fangos inestables como el que existe en esa ciudad lagunar.
Las estructuras tubulares suelen tener una configuración muy eficiente para la distribución de las cargas que actúan en piezas simplemente apoyadas. Un tubo reparte el esfuerzo equilibradamente entre sus componentes constructivos y puede independizarse de sus puntos de apoyo.
Torre de Chabolovka. Chokhov. Moscú, 1922. Foto: Wikipedia
Ejemplos interesantes de estructuras tubulares se pueden rastrear en el pasado. Es el caso de la recurrente torre moscovita de Chabolovka, destinada a una antena para emisiones radiofónicas y que en 1922 proyectó el ingeniero ruso Vladimir Grigorievich Choukhov. Algunos arquitectos contemporáneos la han utilizado como referencia. Así, el diseño del famoso Gherkin, la sede londinense de la aseguradora Swiss Re (firmado por la oficina de Norman Foster), refleja el concepto estructural de Choukhov en cierta manera.
Helix Bridge. TTJ Design and Engineering. Singapur
Puente de la Arganzuela sobre el río Manzanares. Dominique Perrault. Madrid
Algunos otros puentes recientes de estructura tubular han sido en principio concebidos por arquitectos y artistas. Ahí está el Helix Bridge de Singapur, propuesto por Architects 61 y finalmente diseñado y proyectado según Wikipedia por ARUP en colaboración con TTJ Design and Engineering. Un concepto estructural no muy brillante que trata de inspirarse anecdóticamente en la estructura biológica del genoma. O el puente partido sobre el río Manzanares en Madrid, que se atribuye al arquitecto francés Dominique Perrault y que se ha convertido en un icono urbano de esa parte de la ciudad española y que desarrolla una forma de recubrimiento en espiral que no coincide con su diseño estructural.
Recientemente, la colaboración entre el artista Tobias Rehberger y el ingeniero Arndt Goldack ha dado como resultado un puente tubular para peatones en Oberhausen (Alemania, 2011) basado en una concepción revolucionaria de las estructuras. Es una forma linear tubular que se desarrolla en espiral y va adaptándose sinuosamente a las peculiaridades del lugar. Frente al estatismo y la estabilidad al que tienden ese tipo de estructuras, Goldack propone asumir una estrategia conceptual dinámica que incluya la vibración y el movimiento de las piezas como parte del diseño; estableciendo unos márgenes de control que no pongan en cuestión la seguridad. Así esa pieza se proyecta con una disposición del soporte en helicoide a modo de gigantesco resorte tubular que admite flexiblemente el movimiento de sus elementos constitutivos. Mientras, la plataforma que forma la pasarela de tránsito discurre a lo largo del interior del elemento admitiendo un curioso movimiento cimbreante.
Puente peatonal Slinky Springs, Oberhausen. Tobías Rehberger y Arndt Goldack. Alemania, 2011. Foto inferior: Roman Mensig
Una gran parte de los arquitectos han olvidado cómo funcionan conceptualmente las estructuras y ello está llevando a un divorcio preocupante entre forma y contenido. Con ello, la belleza de muchos edificios es sumamente cuestionable ya que no responden a la interrelación que debe existir entre espacio y estructura de soporte.
Más información:
Los puentes de Javier Manterola. CPPA Blog 05/02/2012
Los nuevos puentes del río Manzanares. Arquiscopio 20/11/2012
Stress ribbon bridge “Slinky springs to fame”, Oberhausen. Structurae
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