Ben Flanner es un agricultor “sui generis”. Ha iniciado una empresa dedicada a cultivar verduras y producir huevos y miel en la cubierta de un edificio en el denso barrio neoyorquino de Brooklyn. Forma parte de una generación de pioneros que creen que el futuro está en la agricultura de proximidad integrada dentro de las fábricas urbanas existentes.
La llamada Granja del Tejado de Brooklyn (Brooklyn Grange Rooftop Farm) es una empresa comercial, pero también un experimento que está obteniendo excelentes resultados en la producción local de alimentos. El equipo que la promueve es un grupo de personas altamente motivadas que tratan de generar mayor sostenibilidad en una área urbana de alta densidad edificada como es la región metropolitana de Nueva York.
La superficie de cultivo, que supera los 4000 m2, está situada en la azotea de un edificio de 6 plantas y se considera la mayor del mundo en esta especialidad. es un oasis verde que se estableció en 2010 y está rodeado de edificios y se sitúa en el 3718 de Northern Boulevard del barrio de Queens. En ese espacio se mantienen animales y se celebran también todo tipo de actividades recreativas, como comidas y celebraciones familiares. La producción se extiende a 40 variedades de tomates, pimientos, hinojo, lechugas de ensalada, col rizada, acelgas, judías de todo tipo y una gran representación de deliciosos vegetales de raíz como remolachas, zanahorias y rábanos.
Flanner, su principal promotor (o granjero mayor como le gusta presentarse) es un pionero en la conceptualización de la agricultura urbana. Su formación es la de ingeniero industrial, teniendo también conocimientos empresariales y de marketing. En 2009, este ingeniero fundó la primera instalación de cultivo sobre techo en el área de la ciudad de los rascacielos y es reconocido como un líder en este tipo de planteamiento alimentario alternativo.
La instalación realizada en Brooklyn produce alimentos que son 100% orgánicos, al no usar pesticidas ni abonos industriales. Pero la mejor contribución a la sostenibilidad es la que significa que esos vegetales y frutas se producen de una manera muy cercana, eliminando radicalmente el uso de combustibles que pudieran ser necesarios para su transporte. Además, se genera así una motivación comunitaria muy potente para la población implicada, aquella que liga a productores y consumidores en un entorno próximo, estimulando indirectamente una economía alternativa que puede derivar fácilmente hacia el trueque. Con ello, se puede salir del sistema de flujos monetarios tan necesarios para la reproducción de ese sistema financiero que nos está llevando a una acelerada destrucción global.
Esta próxima semana, Ben Flanner va a dar una charla sobre estas cuestiones que anticipan el futuro en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña.
Más información:
Ben Flanner, Brooklyn Grange. Master in Advanced Architecture. IAAC 19 de noviembre de 2013
Brooklyn Grange. Página oficial
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