Las superficies alabeadas exteriores en el Yas Viceroy Hotel de Abu Dhabi. Foto: Bjorn Moerman
La introducción de los programas para el diseño tridimensional de volúmenes constructivos ha inducido una arquitectura que tiende a una irrealidad digital fascinante. Relacionado con ello, el universo del cine, la publicidad y el marketing se ha apoderado enseguida de esta pulsión tecnológica que confunde nuestras sensaciones, impidiéndonos vislumbrar donde termina lo imaginado y donde empieza el entorno que pisamos. Como en los videojuegos
Así están surgiendo edificios que aprovechan estas nuevas capacidades para generar unos entornos hipertrofiados de tecnología donde el gran impacto visual resultante minimiza cualquier otra consideración. Es el caso del hotel Yas Viceroy que se ha construido en Abu Dhabi bajo diseño del equipo neoyorquino Asymptote Architecture.
La pista del circuito de Formula 1 a su paso por el centro del edificio.
Desde la aparición de los ordenadores o computadoras -esos artilugios poderosos dedicados al tratamiento matemático de datos numéricos, la prefiguración geométrica del espacio y la extensión de las redes de comunicación digital- se vienen haciendo intentos -parciales y cada vez más potentes- para construir entornos virtuales que son paralelos a la realidad que habitamos. El desarrollo tecnológico que han supuesto las sofisticadas técnicas de diseño tridimensional nos invita a representar controladamente la realidad para imaginarla, contrastarla y evaluarla con una precisión creciente; un esfuerzo intelectual ingente situado temporalmente antes de proceder a la construcción de aquello sobre lo que se ha fabulado.
Ese espacio inmaterial que está naciendo es cada vez más preciso y ejerce una atracción creciente. En el caso de la arquitectura, los edificios imaginados y diseñados tridimensionalmente tienen ya una virtualidad visual muy precisa que nos lleva a una simulación sustitutiva y una confusión creciente entre ficción y realidad.
Sin embargo, la dudosa validez sensorial de este tipo de construcciones incorpóreas no es posible trasladarla más allá del mundo de la imagen. Son productos comercializables que están concebidos para un consumo exclusivamente visual; y ahí es donde ejercen su poderosa influencia. Probablemente, solo cuando se visita realmente este tipo de propuestas arquitectónicas se es capaz de apreciar la ausencia de profundidad más allá de los iconos visuales que nos ha sido presentado previamente en publicaciones exquisamente diseñadas y sofisticados artilugios electrónicos. La ausencia de corporeidad en el proyecto induce un entorno de superficies, donde la planeidad de las texturas, el sonido hueco o sordo de los espacios y la excesiva simplicidad tectónica de los elementos constructivos generan una arquitectura escenográfica que no supera una conceptualidad cinematográfica de cartón piedra. La sensualidad de las experiencias ha quedado así reducida a lo estrictamente visual frente a la riqueza acostumbrada en lo cotidiano y próximo que tiende a minusvalorarse. Sin rugosidades, sonidos, olores y, por ejemplo, la sensación de calor o viento, la arquitectura digitalizada nos ofrece una experiencia amputada.
El juego de colores nocturno que ofrece la iluminación LED diseñada. Yas Viceroy Hotel. Asymptote Architecture, 2009
Vivimos, pues, inducidos hacia un universo que tiende progresivamente al videojuego. Un territorio donde la materialidad del entorno habitable, la arquitectura y el urbanismo adquiere una importancia subsidiaria frente a su presentación visual. Enfrentados constantemente a presencias superficiales que tratan de sustituir la realidad por una construcción prefabricada del imaginario, la arquitectura se ha insertado en este nuevo espacio como un fantasma más que contribuye a la conformación de un escenario para la venta de sensaciones y experiencias visuales comercializables.
En un mundo hegemonizado por las imágenes que se transmiten por todo tipo de pantallas y soportes, es muy difícil distinguir la corporeidad de los edificios e incluso de las personas. Cuando observamos a través de las representaciones fotográficas ofrecidas en los distintos medios, la realidad construida del hotel Yas Viceroy, implantado en el pequeño emirato de Abu Dhabi en 2009, se produce este tipo de paradojas fantasmagóricas. Es una arquitectura que podría perfectamente no existir en un emplazamiento concreto y seguir ejerciendo un potente influjo en el imaginario colectivo.
Maqueta tridimensional para la prefiguración del proyecto. Yas Viceroy Hotel. Asymptote Architecture, 2009
Por ello, el proyecto del edificio Yas Viceroy ejemplifica con claridad este tipo de apuestas mediáticas. En un trabajo responsabilidad del equipo de arquitectos neoyorquino Asymptote Architecture que dirigen el egipcio Hani Rashid y la canadiense Lise Anne Couture. Ambos han estado ligados a numerosos e importantes centros de enseñanza profesional, europeos y del continente norteamericano, como ETH Zurich, Berlage Institute de Amsterdam, Southern California Institute of Architecture, las universidades de Columbia, MIT, Yale, etc. Couture ha ostentado la Kenzo Tange Chair for Architecture de la Graduate School of Design de la universidad de Harvard. De alguna manera, representan el pensamiento de la arquitectura académica más reciente, aquella que surge de las escuelas de arquitectura más prestigiosas. Y, en consecuencia, la arquitectura que se intenta enseñar refleja así también el creciente influjo de la hegemonía de las imágenes frente a la materialidad de la arquitectura.
Espacio de la terraza superior de piscina con bar asociado. Yas Viceroy Hotel. Asymptote Architecture, 2009
Según la página oficial del estudio Asymptote, su filosofía de trabajo se inspira en la utilización “inteligente” de tecnologías digitales y las más avanzadas soluciones de ingeniería.
En palabras de los autores, el hotel incorpora diversas influencias e inspiraciones fundamentales que van tanto desde la estética y las formas asociadas con la velocidad y el movimiento como la espectacularidad ligada al arte y las geometrías que forman la base de las antiguas tradiciones islámicas. Una unión perfecta y armoniosa de interacción entre la elegancia y el espectáculo. Aquí, la investigación formal se inspiró en lo que podríamos llamar el «arte» y la poética de las carreras de motor, en concreto la Fórmula 1, junto con la elaboración de las artesanías y tradiciones de un lugar específico, entendiendo la ciudad de Abu Dhabi como un tour de force cultural y tecnológico.
Una de las características técnicas de Asymptote Architecture en el diseño digital es el uso experimental de programas de conceptualización espacial mediante parámetros formales. Tomando como base la definición de Wikipedia, se podría interpretar que la arquitectura paramétrica es un proceso de diseño espacial que utiliza el pensamiento algorítmico para establecer reglas en la formalización de piezas constructivas sujetas a la variabilidad de aquellos parámetros que se consideren relevantes. Se trata de definir un sistema de relaciones entre elementos (un algoritmo) que puedan adaptarse, modificarse y ajustarse mediante la introducción de ligeras variaciones en los parámetros que los codifican y configuran. Y, a través de ese método matemático, lograr la ordenación sencilla y racional de superficies y volúmenes complejos facilitando la ingeniería y las técnicas constructivas asociadas a su posible ejecución.
Esta estrategia de diseño, que se ha difundido extensamente en los últimos años, se inspira en las invenciones experimentales que emplearía Gaudí para configurar sus innovadoras estructuras hormigonadas de formas parabólicas. En el arquitecto catalán, el modelo paramétrico generado manualmente consistía en un sistema de cordeles y bolsas de arena, interrelacionados entre sí a través de una malla de nudos. Un concepto artesanal de maquetación que permitía prefigurar los espacios y variar la posición, dimensiones y pesos de sus elementos constitutivos para generar complejas bóvedas y cúpulas espaciales que se comprobaban así también estructuralmente de una manera empírica. Esa simple conceptualización intuitiva que el arquitecto catalán llevó a la práctica ha podido con el tiempo transformarse en rutinas modelísticas matemáticas complejas, cuyos algoritmos facilitan la predefinición de superficies y
estructuras espaciales muy precisas, compuestas por una multitud de elementos constructivos básicos que admiten variabilidades dimensionales y materiales. Y también trasladar maquetas prefiguradas físicamente a superficies definidas geométricamente mediante una traducción basada en su exploración y escaneado. Hoy existen unos cuantos programas que permiten realizar este tipo de diseños experimentales con relativa simplicidad como Catia, Grasshopper o 3D Max.
Decoración interior del edificio en pasillos y cafetería. Yas Viceroy Hotel. Asymptote Architecture, 2009
El hotel Yas Viceroy se inserta en un espacio altamente mediático y atractivo, como el que se lleva desarrollando desde hace varias décadas en el Golfo Pérsico, en Bahrain, Qatar y, especialmente alrededor de los Emiratos Árabes Unidos. Como ocurre con la nueva ciudad de Dubai, que apuesta por su inclusión en el circuito internacional de espacios globales a través de la atracción espectacular. Son ciudades nuevas sobre el punto de contacto del desierto con el mar, caracterizadas por enormes constricciones climáticas y grandes dificultades para garantizar una habitabilidad mínima.
Esta infraestructura turística se ha construido concretamente en Abu Dhabi, la capital del país de los emiratos que también incluye a Dubai. Se ha concebido expresamente situado sobre el Yas Marine, un circuito dedicado a la celebración de carreras de vehículos de Fórmula Uno, que pretende establecerse como un atractivo más de la nueva metrópolis. Está constituido por dos bloques de doce plantas conectados por un estilizado puente metálico. Su característica imagen se apoya en una lámina curvada exterior, diseñada paramétricamente, que cubre y sombrea al edificio. Esta superficie de forma alabeada está compuesta por un entramado romboidal de piezas de acero y cristal que supera los 200 metros de longitud. Ese recubrimiento acaba definiendo una forma exterior a modo de martillo redondeado que contribuye a atenuar el intenso soleamiento que actúa sobre las fachadas y los interiores del edificio. La malla diseñada incorpora asimismo un sistema masivo de lámparas LED que permiten la generación de formalizaciones nocturnas altamente coloristas.
El edificio se proyecta sobre un pequeño muelle destinado a yates y otras embarcaciones de recreo. En su punto más estrecho se ha definido a la manera de puente que sobrepasa una curva pronunciada del recorrido asfáltico del circuito automovilístico; de tal manera que desde sus interiores se puede contemplar las carreras de bólidos que se puedan celebrar a lo largo del año. En los espacios exteriores de cubierta se sitúan piscinas ligeramente oscurecidas que aprovechan para ello el remate superior de la malla, mejorando así el confort térmico de esos lugares de intenso soleamiento.
Este proyecto se trata de una propuesta formal y técnica extrema que plantea serias dudas más allá de su espectacularidad visual. La arquitectura ha quedado aquí reducida exclusivamente a experiencia imaginada. Y, en consecuencia, sigue la estela hegemónica de la transformación cultural en residuo de acompañamiento para la venta de mercancías y productos que sufre la sociedad contemporánea.
Asymptote Architecture. Página de la oficina de arquitectura
The Yas Hotel. Asymptote. Archdaily 10/12/2009
Sección constructiva explicativa del sistema estructural empleado para el apoyo de la lámina exterior. Yas Viceroy Hotel. Asymptote Architecture, 2009
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