Por Elsa Guerra
Denise Scott Brown está removiendo la idea del ‘arquitecto tradicional’ desde el mismo momento en que ha puesto en cuestión la manera en que el reconocimiento del Premio Pritzker de Arquitectura se ha venido concediendo masivamente a profesionales del género masculino.
Denise Scott Brown y Robert Venturi
Esta gran arquitecta y urbanista, cuya brillante carrera incluye tanto el desarrollo teórico, como la práctica profesional y académica, ha sido además una incisiva activista. Cualidad que le ha valido múltiples calificativos entre los que se cuentan el de ‘icono postmoderno’ y también el de ‘primera mujer arquitecta feminista’. Pues bien, nuevamente, a sus 81 años, está consiguiendo articular una de las más participadas e interesantes performances globales en el ámbito arquitectónico, a partir de la petición dela Asociación Womenin Design de la Universidad de Harvard, para que le reconozcan retroactivamente su derecho a compartir el Premio Pritzker otorgado en 1991 a Robert Venturi, su colega y marido.
La amplitud de la polémica se sustenta, desde mi perspectiva, básicamente en tres consideraciones. En primer lugar, la indiscutible talla de Denise Scott Brown, volcada tanto en sus múltiples trabajos teóricos, como en la obra arquitectónica del estudio que ha compartido con su marido durante más de cuarenta años. Desde ‘Learning from Las Vegas’ hasta ‘Having Words’ (su último libro recientemente traducido al español); y desde el ala Sainsbury dela Galería Nacionalde Londres al edificio del Capitolio de Toulouse, la inestimable aportación a la arquitectura y el urbanismo de Scott Brown, está más que confirmada; tal como reconoció el propio jurado del Pritzker, al premiar a Robert Venturi.
Portada original de la primera edición del libro Learning from las Vegas
El segundo aspecto es el hecho de que Denise Scott Brown sea la primera referencia para todas las mujeres arquitectas que en las últimas décadas revisan su condición en atención a su género. Y es que ha sido ella la que con más claridad e insistencia ha señalado las cuestiones centrales que sustentan el desequilibrio existente, desde aquellas que aluden a aspectos estructurales de la organización social, a aquellas otras relacionadas con la importancia de la redefinición disciplinar de la arquitectura y el urbanismo incluyendo las aportaciones de las mujeres a lo largo de la historia.
Cuánto el propio debate acerca de su derecho a compartir el Pritzker participa de su intensa lucha por la visibilidad de las mujeres arquitectas, parece tener una sencilla respuesta.
Et, aunque en estrecha relación con el anterior, hay aún un tercer aspecto que sobrevuela la polémica abierta en torno a Denisse Scott Brown, y es el de la perentoria necesidad de revisar la definición tradicional del ‘arquitecto’, aquella que aludía a un ser aislado (varón) de cuya ensoñación y conocimientos surgía la arquitectura; ese prototipo del ‘starsystem’ que pudo estar en el origen de muchos de los premios y reconocimientos con que se cuenta enla actualidad. Cuando, cependant, hoy la producción arquitectónica se forja en equipos de profesionales, donde el debate, el contraste de ideas y el trabajo colectivo conforman la obra resultante.
Denise Scott Brown y Robert Venturi.
El Pritzer no es más que un premio, pero no deja de constituir una plataforma mediática excepcional desde la que contribuir a moldear la idea que de la profesión y la producción de la arquitectura tienela sociedad. Unpremio que sólo se ha otorgado a 2 mujeres en 34 ediciones, y que en ningún caso ha reconocido el trabajo conjunto de una pareja, lo que se ha vuelto a poner en evidencia conla concesión del Pritzker en 2012 a Wang Shu, y la exclusión injustificada de su esposa Lu Whenyu.
En suma, el movimiento ‘Pritzker Recognition…’ añade un nuevo capítulo a la lista de reivindicaciones que Denise Scott Brown ha impulsado. A la validación de la cultura popular y a su ingente lucha por alcanzar la igualdad de las mujeres arquitectas, se suma ahora, la de la necesidad de revisión de la propia idea de la producción arquitectónica.
Más que reconocimiento (que también), se diría que Denise Scott Brown vuelve en esta ocasión a apuntar una tarea ineludible de todos, en beneficio de la arquitectura y en atención al desarrollo de la sociedad.
Plus d'information:
Sexismo y el Pritzker. Arquine, 03/04/2013
Denise Scott Brown demands Pritzker recognition. Dezeen 27/03/2013
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