Estanque del Loto. Polonnaruwa
Este exótico lugar en la zona central de la isla de Ceilán fue la capital del segundo reino más antiguo de Sri Lanka. A comienzos del segundo milenio de nuestra era, el rey Vijayahabu decide instalar allí su sede. Hoy, ese conjunto monumental está declarado como Patrimonio de la Humanidad.
Los restos de la antigua ciudad de Polonnaruwa son uno de los lugares arqueológicos más importantes de Ceilán, esa inmensa isla de 65.000 km2 situada al sur del continente indio.
De acuerdo al blog Srilanka Uphero, los comienzos de Polonnaruwa se describen en el Mahavmsa (La Gran Crónica) de mediados del siglo VII, cuando el rey Aggabodhi IV fijó su residencia real por primera vez en este lugar. Trescientos años más tarde otro rey, Vijayabahu I, liberó la isla del dominio indio manteniendo su capital allí.
Un par de siglo más tarde, en 1150, los principales edificios que componen el recinto arqueológico central se empezarían a erigir. Curiosamente, sería el comienzo del declive de esta singular experiencia de civilización en la jungla de Srilanka que llevaría a su desaparición. Los restos arquitectónicos del reino de Polonnaruwa serían cubiertos por la vegetación tropical. Y estarían perdidos durante centenas de años en un entorno densamente selvático hasta que, a comienzos del siglo XX, volvieron a descubrirse y comenzar su excavación y documentación.
Imagenes de Buda excavadas directamente en la roca.
La influencia del budismo, el hinduismo y de las formas compositivas indias es innegable en todos los planteamientos arquitectónicos. Los santuarios que componen la parte central del recinto monumental están siempre presididos por la figura del Buda en actitud de meditación. Muchas de esas figuras han sido labradas directamente en las grandes masas de roca granítica. Como el llamado Galpota (Libro de Piedra), un gran monolito en la que se inscriben las enseñanzas de Buda.
Entre las construcciones y edificios, hechos principalmente de ladrillo, destacan sus curiosas agrupaciones de achatadas stupas, y las inmensas cisternas y embalses para el almacenaje de agua para los cultivos de regadío. Por ejemplo, los recintos para el baño real. Y, en particular, el Estanque del Loto, un espacio ceremonial para la purificación de los creyentes que basa su forma en la geometría octogonal de esa flor.
Hoy, Polonnaruwa se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas relacionadas con la historia de Ceilán, generando una actividad económica creciente de servicios y establecimientos alojativos. Como el magnífico Hotel Kandalama, realizado por el arquitecto esrilanqués Geoffrey Bawa entre 1991 y 1995.
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Gal Pota. Imagen: Ji Elle, Wikipedia Commons
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