Por Federico García Barba
Vista aérea del centro urbano abandonado de la ciudad americana de Detroit. Foto: Alex S. Mclean
Hoy en día, están teniendo lugar procesos de decrecimiento urbano en grandes zonas del mundo más desarrollado. Algunos casos son más conocidos y divulgados, como los ocurridos en las ciudades de Detroit y Nueva Orleans en Estados Unidos. O también en la región alemana de Leipzig en Europa.
Aunque la mayoría de la población tiende a no ser consciente de ello, el proceso inexorable de acumulación capitalista está produciendo un proceso de suma cero económico que afecta a la esfera territorial y la geografía: mientras en algunos lugares aumenta la disponibilidad y acumulación de riqueza en manos de unos pocos, la inmensa mayoría de la población del planeta tiene que conformarse con recursos aceleradamente menguantes. Y, al mismo tiempo, se produce una paradoja que afecta a la distinta situación respecto al crecimiento poblacional entre las regiones que concentran gradualmente esa riqueza monetaria y aquellos otros países atrasados que sufren las consecuencias del progreso de la desigualdad en el reparto de los bienes materiales. Mientras las primeras sufren procesos de decrecimiento y estancamiento en su número neto de habitantes, los segundos van a experimentar una expansión urbana sin precedentes en las próximas décadas.
Proyección de la evolución de la población estimada en España hasta el año 2052. Fuente INE El Pais
Gráfico comparativo de las tasas de decrecimiento poblacional, incremento de la población dependiente y de baja fertilidad en Japón. Fuente: Fibercity 2050 Hidetoshi Ohno.
Esto puede relacionarse con las propuestas teóricas que determinados pensadores sociales han ido haciendo en las últimas décadas a favor del decrecimiento, entendido como un mecanismo compensatorio frente al deterioro creciente de nuestro planeta.
Las tesis de Georgescu Roegen nos han alertado sobre la Tierra como un entorno de recursos finitos. Un sistema sobre el que se produce un proceso de constante degradación que quizás puede atenuarse promoviendo el máximo reciclaje y reutilización. Y también, Serge Latouche nos señala la conveniencia de una postura ética de reducción del consumo para repartir así la creciente escasez. Frente al mantra del crecimiento productivo constante que domina ideológicamente la disciplina de la economía, ellos proponen la alternativa de las 3 Rs: Reducir el consumo de recursos, reutilizar al máximo los objetos y reciclar los materiales utilizados.
Localización mundial de las ciudades con proceso de decrecimiento (en azul) Fuente: Fibercity 2050 Hidetoshi Ohno.
Para aquellos a los que nos preocupa el futuro de las ciudades, el decrecimiento se puede interpretar como un fenómeno reciente que es desconcertante. Sin embargo, obedece a evidentes procesos económicos y ambientales que objetivamente están produciendo consecuencias colectivas muy negativas. A agravar más los problemas contribuye el envejecimiento progresivo de la población y tasas de natalidad que se reducen progresivamente. Desde un punto de vista territorial el decrecimiento se manifiesta en una disminución significativa de la población y de las actividades en algunas partes del mundo urbanizado que está motivada por la cambiante renovación productiva que deja obsoletos unos lugares en beneficio de otros. No es algo que no haya ocurrido en el pasado, como lo ejemplifica el caso de la ciudad de Roma en el Medioevo. No obstante, hoy tras dos siglos de expansión brutal de las ciudades en los países más avanzados, el decrecimiento se configura como la apertura de un nuevo e inquietante escenario al que habrá que buscar alternativas en el urbanismo: frente al del abandono y ruina inevitable de muchos centros antiguos y amplias periferias suburbanas, se debe pensar en la preservación de determinados estándares y servicios colectivos en alguna parte de las regiones metropolitanas consolidadas.
Desde la perspectiva de un lugar alejado como Canarias, un espacio geográfico que experimenta crudamente hoy esos procesos de decrecimiento, es posible observar con admiración la distinta forma para afrontar estos escenarios problemáticos futuros. Desde la anticipación urbanística prevista en lugares como Francia, Holanda o Japón; hasta la búsqueda de soluciones realistas para la explosión urbana en curso en amplías regiones del planeta, como el sur del desierto del Sahara en África.
Así para los primeros se están explorando alternativas regionales que compensen la necesidad de utilización de complejas redes logísticas basadas en energía barata. Se trata de promocionar y apoyar el consumo local de alimentos generando espacios apropiados para su producción y distribución de proximidad como estrategia de supervivencia a largo plazo de las comunidades urbanas. También la incentivación de la idea de linealidad en las ciudades de los países más desarrollados como objetivo para lidiar con escenarios de decrecimiento poblacional debido a la escasa natalidad y el envejecimiento progresivo. En este caso, se trata de promover la concentración de la población a lo largo de las líneas más potente de transporte colectivo para hacer más accesible y económica la dotación de equipamientos y servicios imprescindibles en una situación de creciente escasez de recursos.
Maqueta de una posible reordenación territorial para la producción alimentaria de autoconsumo. Proyecto Park Supermarkt en Amsterdfam Van Bergen-Kolpa 2011
Active Nature. Propuesta de proceso para la reconfiguración paisajistica en la zona del Plateau Saclay de París. SOAArquitectes, 2007.
En Holanda, por ejemplo, se incentiva la investigación prospectiva sobre escenarios plausibles a medio y largo plazo mediante inversiones específicas estatales dedicadas a favorecer la creatividad y la imaginación. Como ocurre con el proyecto Park Supermarkt de los arquitectos Van Bergen-Kolpa. La idea de este proyecto se basa en la configuración y despliegue de una estrategia para garantizar el suministro de carne, pescado, cereales y frutas tropicales en un entorno climático hostil como los Países Bajos. Algo parecido se ha planteado en la zona de interés especial de Plateau Saclay en la periferia al oeste de París. Allí se organizó un concurso de ideas en 2007 para establecer un desarrollo sostenible. La idea ganadora, Active nature de SOA, se plantea como un gradiente de intensidad de urbanización a partir de las redes de transporte guiado entre las zonas más habitadas y los ámbitos forestales, pasando por superficies agrícolas productivas. Se pretende generar así una suerte de ciudad lineal densa en su proximidad a la espina de comunicaciones y transporte público que va a definir la prolongación del metro parisino hasta el lugar, denominada Grand Paris Express. El planteamiento espacial añade en una primera periferia cercana al centro más denso, residencia de baja densidad imbricada con superficies destinadas a huertos urbanos y pastos para animales gestionados por los propios residentes. Hacia el exterior se pretende situar agricultura más tecnificada y molinos para la producción de energía eólica junto con pequeños embalses destinados a piscicultura. Todo ello quedaría enmarcado por los remanentes boscosos que se mantienen en la zona destinados a una recolonización arbórea más potente. De ambos trabajos he escrito en el pasado como parte de una idea sobre la posible recuperación de una ciudad con mayor acceso al suministro alimentario de proximidad. El artículo se titulaba “Hacia la ciudad agraria” y lo publiqué aquí en 2003.
Fibercity 2050. Conjunto de estrategias para la reordenación urbana de Tokio teniendo en cuenta una perspectiva de decrecimiento poblacional. Ohno Laboratory. Tokyo University, 2007
Otro esfuerzo prospectivo curioso y relevante por lo acertado de sus análisis y diagnósticos es el que se relaciona con la exposición Fiber City Tokyo 2050, celebrada en dicha ciudad en 2007. La “Ciudad de las Fibras“, propuesta por el profesor Hidetoshi Ohno, es una estrategia para lidiar con un proceso masivo de decrecimiento poblacional. A partir de las proyecciones demogr’aficas es evidente que ese efecto está ocurriendo ya en la conurbación que engloba a la capital del Japón y se va a acelerar en las próximas décadas.
Plasmación en maqueta de la idea para la configuración de los “Dedos verdes”. Fibercity 2050
Fibercity Tokyo se plantea con cuatro ejes de actuación sobre la estructura física de la ciudad, buscando facilitar una concentración de la población remanente en partes concretas de la ciudad metropolitana:
La primera de ellas trataría de lograr la concentración del esfuerzo inversor público en la “red de fibras territoriales” entendidas como los corredores que concentran los servicios de transporte colectivo de más alta capacidad y accesibilidad. Bajo el lema “del plano a la línea” el equipo de Ohno considera que en esas estructuras lineares se pueden disponer espacios de interacción e intercambio en la proximidad de los nodos más significativos. Las operaciones de transformación urbana asociadas se podrían caracterizar por la conversión de los entornos y bordes de esas mallas principales de transporte público y tráfico viario privado en espacios altamente equipados y con mayor densidad edificada.
En segundo lugar, la gestión de los llamados “Dedos accesibles suburbanos“. Este eje de actuación buscaría la prolongación de la red de fibras desde los centros más complejos y mejor dotados que estructuran la metrópolis hacia algunos espacios con vocación de centralidad localizados en los suburbios. Se trataría de extender la accesibilidad a los servicios al mayor número de usuarios posible, lo cual estaría relacionado con los corredores ferroviarios. Estos “dedos suburbanos” se estudian específicamente al objeto de reorganizar, mantener y mejorar la conectividad e incorporación de la población restante más aislada que aun se resistirán a seguir residiendo en lugares más alejados y vacantes. Comprende aumentar el número de estaciones de transporte público y la generación de nodos habitados más compactos y equipados en los que sea posible el acceso a pie desde los alrededores.
Un tercer enfoque es el de los denominados Meisho o “Espacios afamados”. El abandono de una gran parte de la masa edificada debido a la desaparición de sus habitantes conlleva situaciones urbanas conflictivas. Por ello, los autores del estudio han llegado a la conclusión de que es positivo generar procesos de demolición controlada y la apertura de espacios libres en la ciudad densa mediante el derribo de edificación tradicional abandonada y poco adecuada a los seísmos para mejorar su esponjamiento. Ahí pretenden de alguna manera, localizar servicios y equipamientos con destino a los residentes cercanos.
“Arruga verde” para el “Valle de Shibuya”. Fibercity 2050
Finalmente, la estrategia Fibercity Tokyo 2050 propone la generación de las llamadas “Arrugas verdes” o “Pliegues urbanos“. Se trataría de generar espacios de actividad económica y productiva sobre la base de los escenarios históricos reconocidos y de carácter más local, con el objetivo de vigorizar un entorno humano homogeneizado y monótono añadiendo vegetación. Al mismo tiempo, se eliminarán las construcciones de madera más sensibles a los terremotos que es un problema latente en un territorio sometido a una sismología recurrente.
Visión del proceso de transformación en la distribución de la población en el área de Tokio como consecuencia de la aplicación de las estrategias propuestas. Fibercity 2050. Ohno Laboratory. Tokyo University, 2007
Lo anterior es un conjunto de propuestas sugerentes que tienen en cuenta escenarios futuros posibles que están afectando ya a determinados lugares situados en los países más avanzados de Norteamérica y el continente europeo. En estas primeras décadas del siglo XXI, de repente, ha ocurrido un cambio profundo al que no estamos sabiendo atender todavía. Desde una situación de crecimiento residencial acelerado se ha pasado a tener un notable excedente de masa edificada residencial con dificultades para un adecuado aprovechamiento. También mucha superficie productiva industrial ha dejado de ser útil mientras es necesario dotar de nuevos espacios para la implantación de actividades avanzadas. Por ello, la alternativa no percibida debe considerar preciso gestionar con contención las nuevas localizaciones de suelo para la escasa expansión urbana previsible. Y, al mismo tiempo, reservar territorio para la reformulación de la matriz ecológica sostenible con el suturado de las discontinuidades actuales. Junto a ello, la adecuación de ámbitos para estimular una agricultura y ganadería de proximidad que supongan un seguro en caso de fallo o encarecimiento de las redes logísticas al uso, basadas en la disposición de energía barata y abundante.
Ante estas nuevas situaciones sociales que están apareciendo en los países más evolucionados es necesario centrarse en algunos problemas ligados a las ciudades y sus arquitecturas, en relación tanto al envejecimiento y la disminución de la natalidad, como a los que se refieren a una nueva visión sobre los objetivos y metodologías aplicables a una planificación positiva del territorio.
Más Información:
Park Supermarkt . Van Bergen-Kolpa Architecten, 2009
Plateau Saclay. SOA Architectes, 2007
Fibercity Tokyo 2050. 12 Visions for cities in the age of shrinkage. Ohno Laboratory, University of Tokyo, 2012