Actividades en el interior de la escuela de la comunidad
En un paisaje rural de la paradisiaca isla de Bali un grupo de personas ha decidido constituir una comunidad utópica que funcione exclusivamente sobre la base del consumo de productos locales. Green Village es una curiosa experiencia arquitectónica que forma parte de esa corriente casi religiosa que se relaciona con la sostenibilidad del planeta.
Diseño urbanístico de Green Villaga Bali. Ibuku Building Design Team
El esquema de ordenación de este reducido pueblo comunitario, proyectado conteniendo dos docenas de edificios, resuma esas maneras organicistas herederas del movimiento hippie. Los edificios y las posibles viviendas y servicios asociados se sitúan con aleatoriedad e independencia, ocupando desordenadamente una pieza de suelo inserta, en este caso, en medio de la jungla tropical. El concepto urbanístico acaba de perfilarse desplegándose en una alineación de casas aisladas junto a la orilla de una corriente de agua, el río sagrado Ayung de la isla indonesia. La construcción de este complejo empezaría en 2010 y dos años después se habían construido solamente 3 casas, dos espacios escolares y centro comunitario.
Sus promotores han recurrido exclusivamente al bambú para la construcción de todos los edificios, así como para la casi totalidad de los elementos interiores, incluyendo el mobiliario. Un material vegetal de extraordinaria versatilidad y resistencia que crece con facilidad en el trópico y se puede aprovechar localmente. Los diseños arquitectónicos realizados por el equipo Ibuku son realmente imaginativos, logrando generar unos espacios que se adaptan a las capacidades portantes del material constructivo predominante.
Detalle de la estructura de bambú desarrollada en el edificio de la escuela comunitaria
Una de las promotoras de esta iniciativa es Elora Hardy, directora del equipo Ibuku que trabajaba previamente en Nueva York como creativa en la firma Donna Karan. De acuerdo a su justificación: Nuestra visión verde deviene del esfuerzo por actuar con lógica, hacer el mínimo daño ambiental y ser conscientes de los problemas del planeta. Utilizando materiales naturales renovables, empleando la sabiduría de los artesanos y combinándolo con nuestra responsabilidad colectiva, hemos creado un concepto único de desarrollo”.
Lo interesante de esta propuesta estriba en la radicalidad de sus planteamientos. No solo se utilizan materiales obtenidos en un entorno próximo, sino que también se apuesta por el empleo y estimulo a los artesanos y constructores locales para generar una arquitectura adaptada a ese lugar concreto. También está su apuesta por los alimentos orgánicos obtenidos en el entorno próximo y el autoconsumo, que son otros objetivos importantes de entre las ideas que apoyan los residentes.
Sin embargo, se puede argumentar negativamente también, dado el carácter esencialmente elitista de la propuesta. Un planteamiento que fomenta una visión hedonista del hábitat humano como respuesta individual frente a la gran crisis ambiental del planeta. Con la construcción de paraísos artificiales, en los cuales puedan escapar y refugiarse aquellos con los mayores recursos, no se soluciona el proceso autodestructivo al que está abocada la humanidad en un futuro ya no tan lejano.
En 2010, el edificio de una de las escuelas construidas para la comunidad sería seleccionada como finalista en la edición de ese año del Aga Khan Award for Architecture, destacando en este caso el carácter innovador que apuesta por una arquitectura diferente.
Más Información:
Green School. Solaripedia
Blog de Green Village. Bali
Ibuku Building Design Team
Plano de distribución de una de las casas ya construidas
Interior de la casa con sus espacios abiertos a la jungla balinesa
Exterior de uno de los edificios escolares
Espacios reservados para el cultivo de autoconsumo
Bóveda de bambú como cubrición de uno de los lugares de encuentro de la comunidad
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