Haus Ruscher. Schnepfau, Austria. Olkruf Architecture. Oskar Leo Kaufman y Albert Rüf, 2011
A lo largo de los siglos, la arquitectura que hacen los arquitectos ha ido decantándose a la búsqueda de las formas esenciales hacia lo más simple hasta lindar con el simplismo. Como esta casa cúbica que ha diseñado el equipo austriaco OLKRÜF en la campiña alpina de Schnepfau.
En este bucólico pueblecito cercano a Bregenz en la frontera con Suiza, estos arquitectos han insertado dos pequeños cubos de hormigón en un sitio apartado en el límite con el bosque, a un kilómetro del caserío existente.
Su intención era lograr el menor impacto posible sobre el lugar. Y para lograrlo han proyectado dos piezas rotundas y contenidas que adquieren un carácter escultórico en su contraste radical con el fondo vegetal. Esta idea representa también una renuncia estilística a la imitación de las construcciones tradicionales de la zona y así lograr producir una obra abstracta que, en su radicalidad y desde la divergencia de la forma, logra una mejor integración con el entorno natural.
Los dos cubos de hormigón que conforman la casa insertos en el paisaje de Bregenzwald
El hueco abierto al paisaje en la zona principal de estancia de la casa
El edificio principal se subdivide a la manera tradicional: una planta baja para los usos más cotidianos y una parte alta reservada a las habitaciones de dormir. Conceptualmente, la obra se ha proyectado como un sistema de dos cajas integradas de hormigón visto. Una piel exterior y otra de recubrimiento interior que se separan con el aislamiento necesario para combatir el fuerte frío en la temporada invernal de los Alpes austriacos.
La posición de los huecos se estudia para garantizar unos marcos apropiados a las magníficas vistas del lugar. Estas se seleccionan enfatizando la composición visual y la eliminación de distracciones entre el usuario espectador de la casa y la percepción del paisaje circundante. Se genera así un disfrute estético directo de lo natural, una de las razones y demandas del propietario para construir en este punto concreto.
De alguna manera, esta casa expresa el carácter de esa cultura sofisticada que se estila en ese país centro europeo. Una nación heredera de una tradición imperial y de una tradición intelectual densa y peculiar que se remontaría a la estela dejada por gentes como el arquitecto Adolf Loos, el pintor Egon Schiele o el filósofo Ludwig Wittgenstein.
El resultado es una obra de arquitectura sobria que encaja con exactitud y sinceridad en un entorno privilegiado.
El interior del espacio principal de cocina y estancia
Más información:
Haus Rüscher by Olkruf. Dezeen 17/12/2012
Olkruf Architecture
La arquitectura simplista ofrece una forma exterior que resalta la naturaleza en su esencia compleja y equilibrada y crea un hábitat que resalta la carne y hueso del ser humano en forma y estructura, cuya racionalidad crea un ámbito de sensaciones creadas por su propio ser, no hay nada que modifique su propia sensación. Llega, a crear su propio espacio, a sentirse la esencia de su ser, el arquitecto de su cueva.
Juan Alejandro Pisni
ar qui te c t o
También es una forma sencilla a la que tendemos los arquitectos para expresar aquello de lo que podemos llegar a ser. Sin embargo, lo más difícil es disponer de emplazamientos como el que representa este caso.