Interior de la vivienda unifamiliar en Matamorisca. Jesús Castillo Olí, 2011. Fotografía: Justino Diez
En la actual situación de crisis que padece el sur de Europa, algunos arquitectos españoles han tomado la escasez como materia poética para elaborar nuevas arquitecturas basadas en la rehabilitación de lo existente, el reciclaje y el aprovechamiento de lo más próximo. Es lo que ocurre con algunos proyectos recientes que se centran en la frugalidad y han sido elaborados por jóvenes arquitectos como Puigjaner y López, Buil y Riba, Jesús Castillo y José Javier González Guzmán.
Axonometría de la remodelación de un antiguo lavadero para vivienda y estudio. Anna Puigjaner y Guillermo López, Maio Estudio. Barcelona, 2012
En un mundo densamente ocupado, hay continentes como el europeo en los que la población tiene una tendencia espontánea al decrecimiento o, en todo caso, hacia un estancamiento. Es más, países como Grecia, Italia y España vienen sufriendo un proceso acelerado de envejecimiento y un deterioro económico considerable que profundiza más este efecto. Es lo que ya ocurre en España, donde tras varios años de disminución de la tasa de crecimiento interanual, en 2013 la población ha empezado a decrecer efectivamente.
Por otra parte, la crisis financiera que azota esta parte del planeta ha sido el producto de una producción masiva de patrimonio inmobiliario que ha llevado a que en países como Irlanda Y España haya un stock masivo de vivienda nueva y vacía. También es en la península ibérica donde se está liderando está situación en la Unión Europea con 3,4 millones de unidades o el 14% del stock disponible. Las necesidades residenciales están, por ello, más que colmadas teóricamente en un futuro que alcanza el medio plazo, o varias décadas. Y, però, siguen existiendo problemas para dar cobijo a innumerables familias debido, entre otras razones, al acaparamiento especulativo de sus propietarios últimos, los bancos; así como a la descoordinación entre la localización del stock y los lugares de mayor demanda.
Esto coincide con una situación en que el consumo acelerado y exponencial de materias primas y recursos no renovables enfrenta claramente a la humanidad a la finitud del planeta. Un discurso que aparece y desaparece en los medios de comunicación y que, però, se pretende sobrellevar mediante la ignorancia o el olvido inducido, lo que nos está conduciendo a una creciente lucha entre los países y las sociedades; así como a una extensión acelerada de las desigualdades regionales y a la exacerbación de la pobreza en los lugares más desarrollados.
Mientras, otros inflan un nuevo desastre económico -en Oriente y el sur de América, por ejemplo- en Europa algunos investigan para construir de una manera mucho más barata y eficiente sin renunciar a generar espacios formalmente intensos y llenos de sugerencias. En este marco, el ingenio y la sabiduría en la administración de los escasos recursos de que se dispone son la condición esencial para el nacimiento de una arquitectura adaptada a los tiempos que corren.
Se trata de aprovechar el espacio de que se dispone incitando a la rehabilitación de todo el patrimonio inmobiliario heredado. Y cuando se dice todo hay que considerar esa gran masa edificada existente ya y que no es solo aquella que se ha valorado desde una perspectiva histórico artística. La sostenibilidad no puede transformarse en un slogan vacío de contenido sino que debe inspirar verdaderamente una nueva manera de hacer arquitectura mediante una aprovechamiento de los elementos materiales que tenemos a mano, aquellos disponibles localmente. Y entre ellos, la herencia edificada que compone el grueso de la fábrica de las ciudades.
Esa posible rehabilitación del patrimonio construido debe inspirarse en un mejor aprovechamiento de sus condiciones actuales, la mejora de las cualidades constructivas y funcionales y el reciclaje de los materiales industrializados ya acumulados en cada lugar. Se trata de explorar la escasez y la ruina sobrevenida para producir nueva vida en ese caldo de cultivo que puede ser proclive a un renacimiento enriquecedor. El espacio construido existente es así una fuente primordial de inspiración y trabajo que debe repararse y redefinirse para albergar una nueva forma de habitar y usar acorde con los nuevos tiempos.
Es el momento de explorar nuevas formas de artesanía local que contrarresten las tendencias generalizadas a la industrialización y la centralización de las producciones para dar también trabajo a las poblaciones marginadas y en el paro generalizado existente en cada lugar. Esa predisposición al uso de lugares abandonados y su reaprovechamiento está generando una nueva estética que valora las texturas de lo antiguo, las peculiaridades de lo ruinoso y el uso inteligente de la luz como material que confiere contemporaneidad. Algo de esto ya se venía observando en la intervención de algunos arquitectos ya más consagrados como es el equipo londinense de Caruso & St John. Es lo que ocurre con la vivienda estudio que uno de ellos ejecuta en 1994 para sí mismo en el norte de Londres. En ese trabajo, hay un regusto por conservar lo encontrado en su expresión degradada y áspera; así como su contraposición a piezas de mobiliario, recubrimientos y carpintería ejecutadas hoy también con brusquedad, de acuerdo a las posibilidades de la tecnología actual. El contraste que así se establece es espoleado allí con una sabia disposición de la iluminación natural que trata de extraer los matices del nuevo conjunto así generado. Parecería que se asistiera a una evolución superadora del brutalismo, aquella corriente que tanto furor hizo en Gran Bretaña en los años 60 del siglo pasado.
Interior del la North London Studio House. Caruso&St. John, 1994
Algunos proyectos presentados recientemente en España reflejan también esas características relacionadas con la indagación y recuperación de arquitecturas abandonadas. Son unas propuestas que son el resultado de la escasez de recursos pero que también expresan un interés por extraer una nueva poética del reciclaje inspirada en lo ya existente.
En esta línea, en Cataluña se vienen haciendo algunas intervenciones interesantes y muy humildes para el reaprovechamiento de arquitecturas existentes. Es el caso de la pequeña reforma y adecuación para vivienda y estudio profesional en la calle Bruniquer de Maio Studio compuesto por los arquitectos Anna Puigjaner y Guillermo López.
El espacio de trabajo en la calle Bruniquer trata de sacar el máximo partido a un pequeño edificio de dos plantas entre medianeras. Era una estructura alargada de unos escasos 40 metros cuadrados destinada anteriormente a lavandería. La intervención propuesta pretende mejorar las condiciones espaciales preexistentes introduciendo una mejor iluminación y ventilación y con ello establecer una nueva forma de utilización de la construcción. Para insertar un espacio de trabajo colectivo apropiado a la tarea de artistas y arquitectos se inserta un patio central que divide el espacio disponible y que se concibe como un recinto vividero más.
Espacio del patio interior del estudio en la calle Bruniquer. Maio Estudio. Barcelona, 2012. Fotografía José Hevia Blanch
Así la planta baja se estructura en dos partes diferenciadas, una en contacto con la calle que se usa para interactuar con posibles clientes y público, mientras que la superficie interior tras el patio se dedica a las actividades más propiamente de trabajo con una simple distribución consistente en una mesa alargada de trabajo y el recubrimiento de sus paredes longitudinales con sendas estanterías destinadas a libros y materiales de consulta. Un sutil juego con los desniveles existentes y las carpinterías, texturas y colores ofrece una cierta calidad espacial a este pequeño estudio; todo ello resultado del empleo de estrategias de intervención sumamente simples.
En la reforma del Apartamento de Juan, situado en el barrio barcelonés de Gràcia, el equipo Vora Arquitectura -formado por Pere Buil y Toni Riba- ha pretendido una transformación radical de un espacio convencional de vivienda preservando la memoria que se expresa en la acumulación del tiempo ya consolidada. Para ello, han usado una estrategia que se basa en la conservación de algunos elementos significativos. Como son los tradicionales pavimentos de loseta hidráulica y la exposición de la forma característica del forjado de bovedillas cerámicas y vigas de madera.
Esas preexistencias dan un soporte para una redistribución espacial que adecua el volumen disponible a las necesidades actuales de sus nuevos usuarios. Más allá de la conservación de los elementos heredados seleccionados, la propuesta arquitectónica se centra en tratar de simplificar las formas, colores y texturas, introduciendo una mayor sobriedad y serenidad acorde con el gusto de los tiempos.
Planta actual y reformada del, con expresión de la vivienda con los pavimentos de mosaico hidráulico conservados. Apartamento de Juan. Pere Buill y Toni Riba, Vora Arquitectura. Barcelona, 2011.
Vista del espacio interior remodelado. Apartamento de Juan. Vora Arquitectura. Barcelona, 2011. Fotografía: Adrián Goula
Jesús Castillo Oli ha reestructurado una casa rural en Matamorisca, en lo profundo del campo de Castilla, que expresa una gran admiración por las carismáticas formas constructivas heredadas allí. Se trata de un edificio de arquitectura popular construido siguiendo técnicas ancestrales. Es una construcción apoyada en estructuras de paredes de carga en tapial y mampostería concertada junto a toscos forjados y cubiertas de madera. En ese recinto de habitación tradicional, el arquitecto introduce nuevas piezas contemporáneas que mejoran su habitabilidad, empleando técnicas diversas que añaden confort y optimizan la experiencia espacial. La convivencia de materiales antiguos y nuevos enriquecen así una humilde edificación estableciendo nuevos contrastes formales y tecnológicos
Las impresionantes vigas de madera conservadas en la antigua casa rural remodelada. Vivienda unifamiliar en Matamorisca. Jesús Castillo Olí, 2011. Fotografía: Justino Diez
Otro ejemplo todavía más rudimentario es el que nos ofrece la reestructuración ejecutada por Javier González Guzmán y el equipo ReDisain, en la isla canaria de Tenerife. Se trata de un pequeño local para la sede de una asociación de familiares de enfermos mentales en la ciudad de La Laguna en la isla de Tenerife, que se reordena empleando esencialmente elementos reciclados y materiales provenientes de desechos industriales. Així, con muy pocos medios, se ha logrado generar un espacio adecuado a las necesidades del cliente que no descuida mejorar la experiencia de uso y que resulta sorprendente. Para los diseñadores canarios, recuperar lo enviado a la basura es pues algo esencial, ligado a la sostenibilidad del planeta a largo plazo.
Vista del espacio interior conformado con elementos reciclados. Sede AFES. José Javier González Guzmán y reDisain. La laguna, Tenerife, 2013
Reforma de la nueva sede de AFES. reDisain
Todas estas obras de arquitectura joven, hecha con escasísimos recursos, representan la avanzada en un camino diferente al que nos ofrece las tendencia convencionales de la arquitectura que se difunde masivamente. Aquella que pretende seguir ocupando nuevos lugares y construir nuevas estructuras a la búsqueda de sensaciones y formas cada vez más disparatadas. Recuperar todo aquello que se ha acumulado a lo largo de siglos de historia, es hoy una estrategia esencial en las ciudades consolidadas y en el territorio altamente transformado. Frente al estrépito que nos distrae, aquel que nos induce el consumo acelerado de imágenes, hay que estimular la conciencia de que esta otra debe ser la tarea de la arquitectura futura.
Més informació:
Reforma y adecuación de vivienda y estudio en Barcelona. Anna Puigjaner y Gullermo López, Maio Estudio
Apartamento Juan. Vora Arquitectura
Reforma de vivienda unifamiliar en Matamorisca. Jesús Castillo Olí. Bienal de Arquitectura Española 2013
Nueva sede AFES Canarias. reDisain
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