Iglesia de la Madre Misericordiosa. Milán. Angelo Mangiarotti y Bruno Morasutti, 1957
El arquitecto Angelo Mangiarotti personifica una manera de ver la disciplina que es característica de cómo se ha ejercido la profesión en Italia. Es representante de una forma de ejercer la arquitectura que se produciría a mediados del siglo XX y que trataría de adaptar las ideas internacionales a un contexto cultural concreto.
Italia se ha convertido en las últimas décadas uno de las naciones del mundo con mayor densidad de arquitectos. De sus Escuelas de Arquitectura salen cada año multitudes de profesionales titulados que deben competir en un territorio en el que el ejercicio de la arquitectura no está reservado exclusivamente a los arquitectos. Es, además, un país en el que la presencia de una vasta tradición histórica y artística dota a sus habitantes con una especial sensibilidad artísticas. En las ciudades italianas, el arte se palpa en las aceras.
Debido a ello, numerosos arquitectos han orientado su práctica profesional al ejercicio de múltiples disciplinas próximas. Es el caso del arquitecto Angelo Mangiarotti que fallecería hace escasamente unos meses atrás.
Mangiarotti se licenciaría como arquitecto en el Politécnico de Milán en 1948. Posteriormente, se trasladaría a los Estados Unidos donde estableció contacto con Mies van der Rohe. De vuelta a Italia e comienzos de los años 60, fundaría una oficina de arquitectura con Bruno Morusatti.
Con los años ejercería un magisterio destacado en el área milanesa, trabajando también con director de arte para varias empresas de cristalería a las que aportó diseños de una gran sensibilidad formal. Su trabajo de arquitectura se caracterizó por una especial preocupación en el diseño de las articulaciones y un respecto exquisito a las características y cualidad de los materiales.
Una de las obras de arquitectura más conocidas del equipo Mangiarotti Morassutti esla Iglesia MaterMisericordiae, construida en1957 alas afueras de Milán, en Baranzate. En este edificio se hace evidente la preocupación por generar una arquitectura de hormigón y cristal diseñada articuladamente. En ese edificio, el diseño de las piezas constructivas es muy preciso y en el que la aplicación de principios de prefabricación y construcción industrializada avanzada son preocupaciones fundamentales.
Otra obra representativa de la trayectoria de Mangarotti es el edificio de apartamentos en la Via del Quadronno de Milán. Esta obra refleja la transposición a Italia del lenguaje miesiano que intenta este arquitecto. Allí se plantea un proyecto residencial con una distribución en planta articulada, que se adecua a la parcela disponible. Las fachadas, sin embargo, se generan en base a una retícula de ventanas claramente heredera de las propuestas residenciales de Mies para Chicago.
Sus ideas para el tratamiento de piezas de cristal buscan la expresión ligada a la forma de producción del material. Assim, sus vasos, jarras y copas tratan de reflejar la ductilidad básica y formal que está en la esencia de su sistema de fabricación.
Angelo Mangiarotti cierra un capítulo de la historia de la arquitectura italiana, cuyos numerosos representantes dieron un brillo innegable a la cultura de ese país a mediados del siglo XX.
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Serie de cristalería Bibulo
Edificio de viviendas en Via del Quadronno. Milán. Angelo Mangiarotti y Burno Morasutti, 1957
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